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-Apúrate gonzalito, ya vamos tarde, carajo, será posible?… - le gritó afuera de su
casa, algo desesperado, Paco, el recio central del equipo. – Este gordo de mier… se
sigue creyendo la figura del equipo y cada noche antes del juego nos deja siempre
con la duda, no hay seguridad de que vaya a estar listo para el partido, pero que le
vamos a hacer, sin el jugaríamos con 10 y por ahí, antes podíamos jugar asi y ganar
pero hoy en día, todos con 10 años más, un par de troncos como piernas y algunos
con un abdomen sobresaliente ( no lo digo por lo bien trabajado sino todo lo contrario),
es dar mucha ventaja…
-Aguanta chaval que solo me falta encontrar el otro botín…. aquí esta!, dale, dale, ve
prendiendo el carro que ya bajo….
A Paco no le quedo otra que rayarle la madre a gonzalito por enésima vez pero aun
así subió al carro y lo encendió… por unos momentos, ya sentado en el asiento y con
el volante en manos, se empezó a relajar un poco, sabiendo que pronto ya estarían
en camino a la cancha para reunirse con los muchachos y empezar a plantear el
partido, que sin duda, se venía difícil.
-Apúrate paco que no llegamos!.... le dice el gordo gonzalito al subirse al asiento del
pasajero con los batines en la manos, las medias sucias y como veinte mil frascos
caseros de pomada contra el dolor y medio millón de vendas, según el, para
masajearse antes del partido…
-Cállate gordo y cierra bien la puerta, no vaya ser la mala y te me caigas a medio
camino y no tanto porque me importes mucho sino que ya te espere tanto tiempo y
sería una pena llegar solo con tus botines a la cancha. – el Paco contesto
severamente. Ahora él tenia que pisar el acelerador y lidiar con el terrible trafico de los
sábados cuando tranquilamente pudieron llegar con tiempo si este gordo tuviera un
poco responsabilidad para con el equipo.
El silencio se adueño por unos minutos del ambiente, era cada vez más frecuente
esas discusiones entre ambos que, sin llegar a ser peleas terribles o declaraciones de
guerra personales, era casi imposible imaginarse que algún día existiesen, dada la
amistad tan fuerte que desde niños había unido a Francisco Rodríguez y a Gonzalo
Sosa.
Porque era una realidad que hace diez años, cuando jugaban en la cancha del
campanario, se habían vuelto tan amigos gracias a que una vez el Paco , que
pareciera que nació midiendo 2 metros, defendió a gonzalito después de una entrada
por detrás que alguien de mala fe le hizo, quizá ofuscado de tantas gambetas y caños
que en ese entonces , el también número diez de Sporting F.C, repartía a diestra y
siniestra.
Después de esa entrada artera, Paco no aguanto más y después de dos empujones,
soltó un recto a la mandíbula del artero agresor, que antes de que su cuerpo noqueado
cayera, ya había dejado una mancha de sangre en el piso. Obviamente el partido
terminó ahí y él mismo llevo a gonzalito en brazos hasta su casa, donde recibió
curaciones artesanales de su madre, basadas en agua caliente y sal.
Días después, cuando volvieron a coincidir en la cancha, gonzalito agradeció el gesto
a Paco y se dio cuenta que ese niño, que medía casi el doble que él, le había dado la
muestra de amistad que, hasta entonces, nadie le había demostrado. Y fue así que en
las cascaritas del miércoles en la noche jugaban en el mismo equipo. Por ser el hábil,
gambeteador y goleador, Gonzalo tenía el derecho u obligación mas bien, según las
antiguas tradiciones, de hacer el sorteo con otro compañero de mismas o similares
habilidades y escoger a los integrantes de los equipos. Y era por esa amistad y el
agradecimiento que tenia por los acontecimientos antes mencionados, que Gonzalo
siempre elegía primero a Paco. Y quizá cualquier persona normal, que no tuviera los
sentimientos de amistad tan arraigados como gonzalo, nunca escogería como primera
opción a un trakatran, desperdiciando de esta manera la oportunidad de escoger a los
mejores .
Y es que , en esos años, y a la vuelta de tantas cascaritas, Gonzalo y Paco
coincidieron cada vez mas, llegaron a fortalecer una gran amistad en base, quizá, a las
largas horas que pasaban los dos jugando entre semana en la canchita del
campanario, los domingos con el Sporting F.C. y cuando llegó la época de la
preparatoria habían optado elegir la misma, la # 57, juntos evitaron los periodos de
adaptación, porque es sabido por todos lo mucha que ayuda tener a un amigo a lado
cuando entras a una nueva escuela.
Ni que decir todo lo que festejaron aquel dia cuando el albiverde gano la copa, los dos,
siendo hinchas del mismo club, trepados en el alambrado viendo al equipo de sus
amores dar la vuelta. Porque si bien eran ya muy buenos amigos, se volvieron casi
hermanos por el hecho de ir a la cancha juntos, de gritar y abrazarse en los goles
memorables del goleador Mendoza, de consolarse cuando se perdió aquel clásico
imperdible, de cada sábado llegar con anticipación a la cancha para colgar el trapo
que hicieron juntos, “la banda del campanario” que pintaron una tarde de jueves sobre
una manta verde y blanca.
-Vámonos al trote gordo, se ve que no tardan en empezar- le dice Paco a Gonzalo una
vez que llegaron a la cancha. El gordo seguía con los botines, las medias y las
pomadas en la mano.
Gonzalo empezó a hacer la cuenta mentalmente de todos los integrantes de su
equipo. – A ver… ahí esta tito, pelón, los gemelos rodríguez, el rosado(le decían asi
porque un día llego a la cancha del campanario con una playera rosa y no porque
tuviera algún inconveniente para caminar) también veo al purrón, al caballo, al cochi y
al hermano del cochi que la hace de arquero … sabia el gordo que volveria a ser titular
en un partido después de un año, eso si no llegaba el cabezon, porque obviamente el
seria el sacrificado.
-Apurate gonzalito, que ya vamos a empezar… Gordo, pero porque no estas
preparado, ya ves , nunca sabes cuando te toca la oportunidad…-le reclamaban el
cochi y el caballo a ver que el arbitro se encaminaba al sorteo con los capitanes y el
estaba en una banca vendándose y calzándose los botines.
-Ya voy, ya voy… la pu..madre, pero que apretado están estos tachones, decía
gonzalito en voz bajita. Se incorporo y caminando, (el gordo ni siquiera troto como
cualquier jugador normal que va entrando a la canche). Tomo su posición en el campo,
ya no era la del numero 10, el media punta que movía al equipo, nooo, ahora se iba
hacia la banda, a lateral izquierdo, que era el lugar que le habían designado debido a
su aumento de masa corporal y deslumbrante disminución de habilidad, velocidad y
manejo de balón.
Cabe mencionar, que a favor del gordo Gonzalito, en su nueva posición, no se veía tan
mal, era fuerte y seguía manteniendo esa potencia en el disparo que le ayudaba a
despejar el balón hasta después de la media cancha y hasta en ocasiones , esos
pelotazos sin propósito se convertían en goles cuando tito, el 9, bajaba ese obús con
la cabeza convirtiéndolo en un pase para que uno de los gemelos Rodriguez la
mandara a guardar.
Y es que el gordo no siempre fue gordo, como lo mencione arriba, Gonzalo era el
numero 10 que orquestaba, gambeteaba y metía goles de todos los colores pero
después empezar la facultad se engancho a una niña que lo volvía loco. La nena lo
traía así, al puro tiro… Gordo llévame acá, gordo llévame allá…( ironías de la vida, le
decía gordo de cariño sin pensar que 8 años después ese apodo le iba a quedar
pintado) y el gordo le decía que no podía, que tenia juego, que mejor otro día, pero la
nena insistía, que para que tenia novia si no la iba a atender, que era mejor ya no
verse mas y ahorrarse las discusiones… y era ahí donde el gordo se doblaba.. – esta
bien mi amor, vayamos a donde tu quieras y así de a poco, el gordo dejo de ir a la
cancha del campanario los miércoles, al los juegos del sporting iba un domingo si y un
domingo no, porque acompañaba a la nena y a su familia a la quinta que tenían afuera
de la ciudad.
La convivencia con los amigos y en especial con Paco se iba perdiendo poco a poco,
con la nena , la escuela y el trabajo, al gordo no le quedaba tiempo para estar con su
amigo de toda la vida, en los momentos que se encontraban había siempre un aire de
reclamo al gordo por haber cambiado todo por la nena.
-esa nena te embrujo Gonzalo? – le Dijo Paco cuando Gonzalo, cuando un viernes en
la noche le entrego su abono para ir a la cacha los sábados para apoyar al albiverde.
Gonzalo había renunciado a lo último que los unía de verdad. – Marienela entro a
clases de ingles los sábados y quiere que entre con ella porque no quiere entrar sola y
a la cancha ya no podre ir, por eso te doy el pase para que lleves a quien quieras.
Gonzalo le estrecho la mano y salió disparado porque Marienela lo esperaba ya para
que la llevara a cenar a su restaurant preferido.
El partido empezó, por fin, después de 5 min de demoras. La primera llegada fue un
disparo de afuera del área que el nueve de ellos intentó al ver al hermano del cochi, el
arquero, ligeramente adelantado. El tiro salió arriba del travesaño. Y vaya que fue la
primera de muchas. Ellos eran los punteros de la liga y necesitaban la victoria, los tres
puntos, para que tener asegurado el campeonato una jornada antes de la finalización
del torneo . El Sporting F.C se había convertido en un equipo de media tabla y asi que
no aspiraba a nada, su intención y motivación era no ser el escalón final del Irlandes
en su camino al titulo.
Después del aquel tiro del nueve, le siguió un desborde del flaquito de ellos, el 7,
sobre el gordo sosa, que intentando hacerse respetar desde el principio tiró el hachazo
directo al tobillo,- a este lo parto desde el principio y a ver si se vuelve a acercar,-
pensó el gordo cuando se venia el flaquito con la pelota controlada acercándose a su
banda. El gordo aguanta, aguanta, aguanta y cuando ve que el 7 adelanta la bola se
tira con la barrida con todo al pie de apoyo, pobre gordo, no contaba con el ligero
brinco que el flaquito dio para liberarse de tal agresión, un saltito estilizado, como
flotando, como un delfín se vio el flaquito, enfilando, ahora si, sin marca hacia el arco
y con un disparo cruzado puso el 1-0 para el Irlandes.
-Gordooo! Gordo de mier…! Vamos carajo, no te entregues así, la pu.. madre,
paradito, gordo, paradito …grita paco, quizá dirigido al gordo solamente pero con la
suficiente fuerza de voz para que todos escucharan la puteada. El gordo agacho la
cabeza, entre agarrando aire y avergonzado de la clase de desborde que le hicieron. Y
que puede decir el gordo? El estaba jugando porque el cabezón no llegó a la cancha y
era una verdad que ya no tenia las mismas condiciones, pero aun asi, solo Paco se
atrevía a putearlo, los demás seguían conservando un cierto respeto o mas bien un
poco de caridad al muchacho, hoy un hombre, que llevó de su mano, o mas bien de
sus pies, al sporting a los años gloriosos.
Después del saque de media cancha, el sporting intento atacar un poco mas pero todo
se complicaba, el tito, el 9, no agarraba ninguna, el rosado, mas preocupado por
qudarse atrás, para que no lo agarren mal parado, ni se acercaba a servir como apoyo
a los delanteros, las reclamaciones entre los mismos gemelos rodriguez llegaron al
grado de mentarse la misma madre mutuamente, era la desesperación de querer jugar
y que las piernas y el cuerpo no respondiesen como uno quisiera, como antaño,
cuando el sporting fue tetracampeon y respetado por todos. Quiza lo poco rescatable
de ese partido era la defensa que con oficio, fuerza, empeño, contuvieron de apoco
los embates del irlandés y lograron llegar al medio tiempo con la desventaja minima,
con el 1-0 en contra.
Las caras serias y tristes en el descanso eran mayoría, algunos se pasaban el botellón
de agua, tratando de recuperar el aliento, otros de plano tirados en el pasto. -
seguimos igual ?- pregunto el cochi, - claro cochi, no te acuerdas que solo somos 11,
ni cambios hay, nada.- contesto el caballo. No queda mas que aguantar y por ahi
cascar alguna en un corner o por ahí tito de un zapatazo la manda a guardar, no se,…
el silencio se hizo una vez mas y solo se interrupio minutos antes de regresar al
campo. - Yo pensaba en hacer movimientos en el mismo cuadro, no se, algo, algo
tenemos que hacer, no podemos morirnos de nada, sin atacar, sin méter las manos, yo
no se ustedes pero a mi ve va a dar bronca perder y que ellos festejan aquí su titulo,-el
cochi insistió…
-Y como que tienes pensado? Pregunto paco, con cierto incredulidad.
-no se Paco… y si movemos al gordo adelante, que juegue a espaldas de tito, y que
un gemelo Rodríguez se meta de extremo tirado a la banda, y el otro vaya a cubrir la
lateral, así sirve que no pelean mas estos tarados, y quizá, por ahí paramos mejor al
flaquito que juega de 7 que nos trae locos.
-como vez gordo, te animas ?
El gordo solo asintió con la cabeza, no se sabe si era de la emoción contenida de jugar
en la posición donde hace años no jugaba, donde brindo sus mejores años, o quizá
porque ni aire le quedaba para responder con palabras.
-dale gordo, te animas a jugar adelante o que? -Apretó el Paco- Mira que el arbitro ya
va encaminado al circulo central para el Segundo tiempo.
-Si, si, dale, esta bien, de media punta verdad ? como antes…
El gordo fue entrando a la cancha con un nudo en la garganta y con esa sensación en
el estomago parecida a aquella que sientes en tu primer dia de trabajo o antes de un
examen importante. Tito le dio la bienvenida a su nueva pareja en el ataque con una
palmada en la espalda.-Vamos gordo, acuérdate de aquellos años, cuando la rompías
ehhh.
La primera bola que toco el gordo Gonzalo no fue, en realidad, nada del otro mundo,
se pudiera decir precisamente que es un decir “la primera bola que tocó” porque ni
siquiera pudo controlarla, ocurrió al minuto 10 del segundo tiempo (el gordo andaba
perdido, bien que se notaban todos esos años de no jugar en ese lado de la cancha,
del medio campo hacia arriba). El Sporting por fin pudo armar una jugada y fue el
rosado quien se la tiro al gordo que estaba en la media luna de espaldas, y mientras el
gordo esperaba a que la bolo le llegara mancita al pie, el defensa con un simple
movimiento de anticipación, se adelanta por enfrente del gordo y sale con la pelota
controlada. La impotencia que sintió en ese momento, los puños apretados, el seño
fruncido, el coraje de saber, de querer, pero ya no poder, donde se desconecto mi
cerebro de las piernas?- pensaba el gordo, mientras trotaba de nuevo hacia el medio
campo a esperar a que el equipo armara otra jugada. Pero que me pasa, por dios, una
pelota no puedo controlar, una, carajo …
De milagro el partido seguía 1-0, de milagro porque el irlandés necesitaba ese triunfo
para asegurar el campeonato así que lo veía tan fácil que se dedico a cascarear el
partido, los gritos de ¡dale campeón, dale campeón!, se empezaban a escuchar desde
la banca del irlandés, aun faltaban 20 minutos para terminar el partido y el festejo ya
empezaba pero no había reacción del sporting, un equipo entregado, sin animo sin
espíritu, sin orgullo de hacer lo que sea necesario para que el irlandés no diera la
vuelta del campeonato en su cancha, esa cancha gloriosa que en los años anteriores ,
en los tiempos donde gonzalito, que no era el gordo que es hoy, llevó al sporting al
tetracampeonato y era un equipo respetado por todos los barrios cercanos. –bahh, es
que ustedes no vieron al sporting del tetra, ese era un equipo-contó una vez el viejo
don Felipe, el conserje el campo, a los chiquillos que se acercaban a jugar .
De la banca del sporting llego la indicación de cambio, el cabezón había llegado muy
tarde pero al fin había llegado y rápidamente se calzo los botines y le hizo la señal al
Paaaaco¡ Por el gordo, méteme por el gordo- grito el cabezón. Pobre gordo lo que
sintió en ese momento, ni dos pelotas había tocado y este carbón llega faltando ya
solo 15 minutos para terminar y ya quiere entrar. Pero el gordo no dice nada, solo lo
piensa para sus adentros.-5 minutos cabezón – le grita el paco, - espera 5 min,
aguantemos un poco mas al gordo y sirve que calientas un poco, no te vayas a
desgarrar.
Los minutos finales del partido fueron de la misma tónica, hasta que en uno de los
múltiples despejes desesperados de los defensas de sporting el balón le cae al gordo
que esta vez cubre de manera magistral el balón con ese cuerpo enorme que tiene
ahora, aguanta el embate del defensa que lo empuja hacia adelante pero no lo tumba,
sigue conservando la pelota y hablita con un pase al tito que arrancó por la derecha. El
gordo al ver la oportunidad del contragolpe corre a toda velocidad para servir de apoyo
al tito, tres contra dos . pensaba el gordo, tito se apoya de nuevo con el gordo que ya
había cruzado tres cuartos de cancha, la bola la recibió mancita, nada de que se le fue
un poquito para allá o para acá, el gordo conducía con la bola pegada al pie y con la
cabeza levantada, algo que la mayoría de los mortales no pueden, algo que solo los
verdaderos crack saben hacer, el central le sale al paso cuando se enfilaba ya al área
pero gordo pasa su pierna derecha encima de la pelota y el defensa se come el
amague( una bicicleta hizo este gordo). No sentía el cansancio de ese pique que
empezó cerca de su propia área y que ahora lo tiene a escasos metros del gol, esta
vez la pelota no se le había escapado ni se había dejado anticipar por los defensas,
esta vez era el quien hizo el amague y era el otro el que caía con la cintura partida,
esta vez el gordo se sentía fuerte, se sentía ligero carajo, esta vez el gordo solo sintió
una patada artera por detrás del aquel ultimo defensa que en área lo trabo
deliberadamente para evitar el gol soñado por tantas noches del gordo, esta vez Paco
corrió toda la cancha hasta llegar con el malnacido agresor y de una trompada
mandarlo al suelo, tal y como había hecho aquella noche de miércoles en la cancha
del campanario cuando eran niños, porque una amistad no se olvida nunca y jugar al
futbol, menos ….

Texto agregado el 01-08-2011, y leído por 87 visitantes. (2 votos)


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