No tengo más morada que tus ojos
Y fuera de ellos me siento un vagabundo
Errante en una materia absurda que llaman cuerpo,
Perdido y atrapado en un laberinto de vacío,
Absurdamente cálido de sangre y sudor,
Exhalando vahos podridos de vida podrida.
Y es que en tus ojos soy luz, y tú.
Ni bebo mejor vino que de tus labios
Que abastecen la sed quemante de mi boca,
Cotidiano desierto sórdido hasta lontananza,
Mi boca que se resquebraja con el viento de tu ausencia,
Mi boca que es ruina olvidada, cosa muerta,
Prisión de clamores angustiosos y sedientos.
Y es que tus labios son ebriedad, y tú.
Tu cuerpo, tu cuerpo no puede ser más que mi locura,
Locura gravedad, locura eje, cimiento inamovible
Que me mantiene en este sitio que llaman vida
Del cual ya me hubiera fugado de no ser por que vivo loco.
Y es que tu cuerpo es locura, y tú.