| LAMENTO 126 palabras
 La tarde, estaba triste;
 Nubes negras se arrastraban
 Errantes;
 Sobre el firmamento
 De mi bella estancia.
 Lloraban.
 De mi cuarto oscuro,
 Lamentos, quejumbres,
 Escuchaba.
 Era una voz doliente,
 Ya casi extinguida,
 Clamaba:
 Agua, quiero mi agua,
 Me quemo por dentro,
 Agua clara.
 Corrí hasta la fuente,
 Que lejos está en la
 Montaña,
 La calabaza marrón,
 Del preciado líquido,
 Llenaba.
 Afligido el corazón
 Regresé volando a la
 Enramada.
 Flácido era su cuerpo,
 Se había desprendido,
 Su alma.
 Besé su cara de ángel,
 Sus mustias mejillas aún
 Rosadas.
 Lloré con dolor profundo,
 Esa noche tormentosa por
 Mi enramada.
 Las nubes de este mi cielo,
 Al amanecer conmigo también
 Lloraban.
 En el cerro enterré mi hija,
 Con ella el corazón, allí
 Quedaba.
 
 Reinaldo Barrientos G.
 
 Rebaguz
 
 |