LA TARDE Y YO 154 palabras

La tarde;
Se abre en un abismo de nubes borrascosas;
Está de argento pálido,
Me llena de melancolía y en el pentagrama
De las cosas;
Escribo mi agonía.
Busco el espejo de mi infancia,
Mas, el viento me susurra,
La visión de mi vida.
¡Llena de un dolor sublime!
De negras floraciones,
Con aromas largamente soñadas,
Con tibieza de dolor de vida,
Con fastoso silencio,
Lleno de miseria y llanto,
Maldiciones de cálidos enojos.
Miro hacia los cielos, infinitamente lejos;
El crepúsculo,
Poderosamente habido de largueza.

El grito de la vida…
Me ensordece;
El miraje de sus sueños,
Me enloquece.
Su esplendor, me llena
De infortunios;
Sus salvajes desiertos, me cautivan.
Me llenan de compasión
En mis anteras.
¡Humano dolor que en mi reposa!
Es un pesar de rosas muertas;
Nunca tuve una tarde
Como esta,
Sin aroma,
Con un palor de aurora muerta.

Reinaldo Barrientos G.

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