Podredumbre



Durante media vida suya,
El hombre de estatura media
Y corazón gigante,
Como se ve a un gran volcán,
Que arroja fantasía y caridad,
Siendo su lava del color de la miel,
Detuvo las riadas que trasladaban el fango.

Todo ese tiempo hizo acopio
Del arrojo necesario,
De la mente con enjundia mestiza,
Y los sacos de mineral manganeso,
Para construir, con el tesón de los vivientes,
La trinchera protectora,
El parapeto negro zaino,
El muro hecho de recuerdos vanos,
Que un día repudiado,
Pudiese parar
La multitud de colonos
Que aparecen cargando,
Lo que solo los de mala ralea llevan.

Podredumbre.


Aguadulce, noviembre de 2011
José María De Benito