Una Vida …de Cuento


Capítulo I

De cómo llega al mundo nuestro personaje y cuáles sus circunstancias azarosas desde sus primeros días que lo predestinan siempre a la milicia y la aventura.

Juan Bautista Esparza, que fue su primer nombre, nacería en el año de 1810, aparentemente meses antes que el Padre Hidalgo iniciara aquella revuelta en Dolores Guanajuato; hijo de Don Tomas Esparza un militar Español, nativo de Andalucía y destacado en Puebla, pero en ese entonces y debido a efervescencia política de la época, su familia estaba a bordo de un Buque llamado “Asia”, atracado en Veracruz, barco en el que nacería nuestro personaje.

Pronto, la guerra dejaría a Juan huérfano, ya que su padre, que fuera capitán de la milicias españolas, moriría en acción de guerra, antes que cumpliera su primer año de vida.

A poco de esa orfandad de padre, Juan, debería recibir la otra orfandad: la de la madre, en la modalidad de abandono prematuro, que aparentemente no lo perdonaría, según se desprende de la exigua mención que hace de ella y el dolor que refleja cuando refiere algo, como el hecho de su abandono que textualmente lo dictó así al escribano:

"El mismo año de 1810 fue muerto mi padre en una acción de guerra en Puebla, estaba yo todavía mamando; mi madre y yo nos hallabamos en la propiedad de mi padre en las cumbres de Orizaba. Allí vino un Coronel Insurgente y se la llevó, dejándome en poder de la nodriza que me daba de mamar"
“No volví a ver a mi madre hasta que tenía yo como 14 años yo tenía una hermanita mayor que yo, al año de irse mi madre supe que volvió y se llevó a mi hermanita"
“Un señor llamado Don Bartolo Rodríguez me tomo á su cargo cuando era niño como huérfano, y me dio´ muy mala vida haciéndome trabajar mucho y moliéndome a palos bastante a menudo. Cansado de sufrir me salí del lado de Rodríguez cuando tenía unos 14 años y busqué modo de mantenerme en los conventos sirviéndoles a los padres por un peso ó doce reales mensuales, dándome ellos las comidas" (Nota: Sin incluir cambios en la ortografía y puntuación)

En aquellos años ya de su adolescencia, la vida por coincidencia, que tal parece que todo siempre en él estaría dictado así, proveyó para que, viviendo en la Ciudad de México y siendo empleado de una “forja” (como se le llama a las herrerías también) en donde trabajaba soplando fuelles de fragua, accidentalmente se encontró con “Florentina” la mujer aquella que fuera su nodriza, quien lo informó, que su madre haría cosa de seis meses que lo andaba buscando, que al siguiente día la traería para que se encontraran al fin.

Él, que había estado en creencia de que no tenia madre viva, pero ni siquiera muerta. A la casa en que vivía llegó al siguiente día, su Mamá acompañada de su hermana y de la tal Florentina.

De este episodio o momento, en su narración, Juan no abunda ni una sola letra más, mostrando su dolor y desprendimiento a su madre, que según veremos más adelante se hace mas fuerte en aquel fallido ayuntamiento familiar, pero que por coincidencia lo llevó a encontrar a un Tío, hermano de su madre, con el que ya de antemano la vida lo había juntado y que quizá por el llamado de la sangre, era “un alguien” que lo trataba con la deferencia y aprecio que nadie le tuvo antes. El haberse encontrado en otra diversa ciudad a su nodriza y que ésta a su vez, se había encontrado a la madre de aquel a quien amamantó hacía 14 años en Orizaba, fue el factor determinante para que, Juan, supiera, que aquel señor que lo tratara bien y le ayudara en su precaria vida, era su Tío. Otra vez las coincidencias engranaban su vida, para ubicarlo en su destino final: California