Serena esa mañana en que te fuiste,
iluminada la mirada de tus ojos tristes
desesperada mi alma por encontrarte
angustiado mi corazón por la distancia,
frágiles mis manos te describen
silenciosa mi mente te dibuja
cariñosa mi boca se deliza suavemente
por tu boca en el aire,
vacía mi casa te llama en ecos de pasos apurados,
tenues se agitan los recuerdos
en cada movimiento de mis ojos,
clara se dibuja tu sonrisa encantada
en la débil luz que se cuela por la ventana,
frágiles como hojas que se van en el otoño,
dejo a mis dedos eternizarte en una frase
que con honda tristeza por la ausencia,
te llama en cada espacio que queda entre
las palabras.