TU COMUNIDAD DE CUENTOS EN INTERNET
Noticias Foro Mesa Azul

Inicio / Cuenteros Locales / ElDesletrado / La historia del hombre que no conocía el sentido de su vida

[C:492243]

La cabaña, alumbrada apenas por una par de lámparas fue el hogar de un niño diferente. Un niño que no conocía su verdadera naturaleza, no entendía el porqué de ciertas extrañas situaciones.
Sus padres no dijeron jamás la verdad. El creció, pensando que todo lo que sucedía a su alrededor sólo eran casualidades o extraños acontecimientos que, sus padres siempre trataban de encubrir diciéndole al niño alguna mentira.
El día de su nacimiento no hubo noche, la luna alumbro tan igual como el sol. Los pájaros se vieron confundidos, y a la media noche aún se les podía ver buscando comida y llevando pajas para sus nidos.
Sucedían, por decirlo así, milagros por donde él pasara. Acontecían debates interminables a causa de sus palabras, dichas con total naturalidad, teorías que eran lanzadas con una seguridad y sensatez que ponían en tela de juicio las leyes antiguas.
Sus padres - gente humilde, con un linaje de reyes – consideraba a su propio hijo como un ser diferente, no especial, sino como un ser que no pertenecía al mundo en el que vivían.
Los milagros no pasaban desapercibidos. Bastaba que sólo de una orden, como quién dice algo al aire; para que sucediera tal y como lo había dicho.
Él jamás entendió lo que sucedía, no entendía por qué lo miraban – algunos - con amor y otros con desprecio. Sufría, sólo deseaba ser parte de ese mundo al que no pertenecía.
Su madre, una mujer virtuosa; sólo para consolarlo, le decía que él era especial, que la vida le daría lo que él deseaba, sólo tenía que ser paciente y fuerte.
Los años pasaron, y nada parecía cambiar; por el contrario fue víctima de ataques verbales y en algunas ocasiones sufrió golpes y apedreamientos. El pueblo estaba dividido, la parte gobernante deseaba su muerte.
A pesar de los involuntarios milagros que él, sin desearlo, hacía a la gente necesitada y menesterosa; el pueblo que lo acompañaba no pudo ayudarlo.
Fue juzgado en privado por delitos que, según ellos, pervertían al pueblo e invocaban una revolución sin sentido.
Resignado a su suerte y, pensando que terminar así sería lo mejor antes que seguir padeciendo persecución, no se defendió, permaneció inmune a los cuestionamientos e insultos que le lanzaba el juzgado.
Fue condenado. La sentencia se cumpliría al día siguiente.
Estando ya a pocas horas de morir él seguía sin entender el porqué de toda una vida de sufrimiento, porqué tanto desprecio y tanto castigo.
Ese era el día de la muerte de un hombre que no conocía su verdadera naturaleza. Jamás obtuvo una explicación ni respuesta a sus preguntas.
En esos momentos de agonía, como si hubiera entendido cual era el sentido de su vida y a lo que había venido a hacer a esta vida, antes de su último respiro pronunció: Padre perdónalos. El sol había oscurecido y la lluvia empezaba a limpiar la sangre que su cuerpo había derramado.

Texto agregado el 13-01-2012, y leído por 58 visitantes. (2 votos)


Lectores Opinan
05-03-2012 La otra cara de la moneda,nunca habia leido algo asi acerca del Maestro y me gusto ,gracias por compartirlo. Rocxy
28-01-2012 me gusta leerte. heraldo_negro
 
Para escribir comentarios debes ingresar a la Comunidad: Login


[ Privacidad | Términos y Condiciones | Reglamento | Contacto | Equipo | Preguntas Frecuentes | Haz tu aporte! ]