Estoy sentado, mirando el vaivén de las olas, el cielo grisáceo, iluminado por el sol que en invierno no se deja ver. Un invierno en el que vengo a ver el mar solo, diferente a otros inviernos; a los mejor has hecho lo mismo.
De pronto, con la mirada fija en el horizonte, el mar y el cielo se funden y puedo verte, mirándome tiernamente.
Como un clip de película puedo ver nuestra novela de amor, desde ese primer beso torpe (que al momento corregimos por uno más apasionado) en un parque lleno de niños hasta esa pantalla fría donde nos dijimos Adios en malos términos.
Estoy sentado frente al mar, frente a esa pantalla improvisada con elementos de la naturaleza. Las gentes que pasan cerca de mí me miran extrañadas al verme llorar y reír, lloro cuando veo las escenas más tristes y río cuando veo las escenas más alegres, sonrío en las de perdón, y no puedo evitarlo, unas lágrimas caen de mi rostro.
Viendo ese clip de película me doy cuenta que muchas veces perdimos el tiempo en tonteras, en discusiones sin sentido. Veo las escenas en que extendía mi paciencia, como quien estira una liga, uno de mis mayores errores.
Me alegro al ver las escenas en que te sacaba sonrisas espontáneas, te veías angelical; recuerdo que deseaba que eso nunca acabara.
En mi rostro, una mirada nostálgica y una sonrisa triste ante las escenas de pasión, nunca llegamos al final, pero como estallaban nuestros cuerpos al entrar en contacto. Si la Química es un curso difícil, la química de nuestros cuerpos con una mirada se hacía fácil.
Muevo la cabeza negativamente al verte en escenas en que muestras tu necedad en su máximo esplendor, cuan orgullosa podías ser.
Mi corazón se entristece en las escenas en que se oyen tus ofensas a todo pulmón, en esas palabras que parecían cuchillas, cortabas la liga de mi paciencia y me quedaba desangrado, cuan orgullosa podías ser.
Mi avergüenzo antes las escenas en que te devolvía las dagas que habías lanzado.
Mis rostro se marca de incertidumbre al escuchar las palabras hermosas que me decías al oído, no sabía si debía creerte.
Al ver esta película, me alegro, porque veo que hice mucho por ti, te di de lo mejor que tenía, pero veo que jamás me devolviste lo que te di, te fuiste con todo.
Hay escenas que no me gustan, no quiero n verlas, me lleno de odio y resentimiento, fallaste varias veces. No sé si mi paciencia era la que soportaba todo o simplemente las pasaba por alto. Otro gran error.
En esta película me doy cuenta que el culpable no eres tú, soy yo, desde el comienzo hasta el final, pero te amé, no sé si eso pueda considerarse un error.
Me lleno de orgullo, pues veo que fui lo mejor para ti, pero me quedo con la duda: ¿tú fuiste lo mejor para mí? Creo que eso es lo de menos.
La película ha terminado y el cielo es cielo otra vez y el mar es mar otra vez. Veo que tu nombre esta tatuado en mi, eres mi talón de Aquiles.
Han pasado horas, días, semanas, meses; Te vuelvo a ver y basta una sola mirada, lamentablemente, para saber que después de todo, después de todo el dolor, no te olvido.