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 LA ENFERMERA.  (VERSION COMPLETA)
 
 
 Esteban se sentia orgulloso de la profesion de enfermera de su madre.
 Por sobre todo admiraba sus pulcras manos, con las uñas siempre bien recortadas, para no   contraer germenes que dañaran a sus pacientes.
 
 Irene eligio el horario nocturno, asi tendria mas tiempo  para compartir con su hijo, quien se apenaba verla partir  cada noche con el ya destenido uniforme, y regresar con el cansancio dibujado en el rostro.
 -Cuando tenga mi profesion todo va a ser distinto mamita, le decia algunas mañanas, dandole el beso de saludo.
 
 
 Cierta noche que a Esteban, por  servirse un trozo de melon muy helado, le produjera un colico y dolor  insoportable;  se levanto a pasear por el departamento  para mitigarlo.
 Al mirar a la calle vio que un hombre y una mujer   traian a la rastra a una  ebria. No le dio importancia.  En un edificio puede vivir toda clase de gentes.
 
 
 Lo sobresalto el sonido del timbre.  Al abrir, la pareja le tiro una  pintarrajeada  mujer.
 Esteban instintivamente se hizo a un lado, la desdichada quedo hecha un ovillo.
 El muchacho comenzo  a analizar lo que ocupaba su alfombra. Seguramente una prostituta  por su vestido ajustado de provocativo escote y voluminosa  melena platinada.
 Le dio asco ver el color violento de sus uñas. Aguantando el dolor se doblo para coger una de sus manos y obligarla a incorporarse.
 
 Descubrio el dedo indice de una mano pulcra, con la uña bien recortada, para no contraer germenes que dañaran a sus pacientes.
 
 
 Un mezcla de sorpresa, desilucion e ira contenida, lo dejaron paralizado por unos instantes.
 Cerro persianas y cortinas, apago la luz principal, dejo en forma indirecta  la del velador  de su progenitora.  Despues de colocarla sobre su cama,  con todo sigilo  la desvistio  para colocarle el camison. Acto seguido procedio a quitar las nueve unas postizas, la cubrio y cerro la puerta despacio.
 
 Que le diria  cuando  despertara?  o   Como enfrentaria sus posibles preguntas   cuando llegara el dia?
 Para despejarse necesitaba el aire frio de la calle.  Al salir del ascensor el conserje  lo increpo:
 -Don Esteban, unas personas dejaron un paquete para usted!
 --Baje a ver si venian mis amigos, le contesto, a modo de explicacion.
 -Shiish!...  Los amiguitos que se gasta! Refunfuno el empleado cuando el joven   despues de agradecerle  por el servicio  se  devolvio  a su piso.
 Por suerte  su corazonada fue correcta; se trataba del uniforme de su madre. Entro  al baño y lo dejo colgado  de un  gancho desde el toallero.
 
 
 A la hora de costumbre Irene lo llamo:
 -Tu desayuno esta servido hijo.
 -Gracias mama, dijo Esteban estampandole  el beso diario en la frente,  para  enseguida  sentarse a desayunar. Irene lo miro con asombro, luego dando un hondo suspiro se dedico a sus quehaceres, sin dejar de observarlo.
 Esteban  tomo  el bolso con su Notebook, un par de libros  y se despidio como si nada, lo cual termino de tranquilizar  a la desconcertada mujer.
 
 
 
 -Señor prefecto, por favor, agilice la investigacion, si ya pasaron quince dias y en tres mas es mi graduacion.  Mi mama  esperaba con tanta ilusion que llegara  este momento, y ahora me dice que  no la encuentran?  Como cree que me siento?   Voy a ser el unico que no tendra quien lo abrace en el dia mas importante de su vida.
 -Calma , calma muchacho; el detective Hernandez esta haciendo lo imposible por resolver tu caso.
 -Pero no es un caso. Es mi  mama enfatizo el joven.
 
 Esa misma tarde lo fueron a buscar  para llevarlo al  Instituto Medico Legal.
 Lo  acompanaron al deposito de cadaveres, el medico forence  quito  un contenedor con una  decena de uñas postisas  y una  volumisnosa peluca  platinada, levanto la sabana y la vio; apenas si el  galeno tuvo tiempo de sostenerlo   ante  el  inminente  desmayo.
 
 
 
 El prefecto, comprensivo le coloco un brazo sobre los hombros  y lo condujo  al despacho del detective.
 -Tu mama te decia que era enfermera nocturna,  pero se ganaba la vida en la prostitucion.
 Esteban asintio, y se quedo cabisbajo, hundiendose cada vez mas en la silla.
 -Sacate las gafas, pues hombre, en esta situacion hay que hablar mirandose a la cara.
 El muchacho obedecio, dejandolas en el escritorio. El detective las tomo.
 -Son de buena marca. Ah!  Como te las compraste,  si  todavia estudias?  Son re caras, ya quisiera  tener  unas  iguales.
 -Una ganga!  Se las compre  a un angustiado   de la facultad, casi por nada, contesto el muchacho con intencion de guardarlas.
 -Espera, espera, dijo el detective; volviendo  a palpar el marco  de  tan lujosos  lentes para el sol.   Hum!  Parece un serruchito!
 -Son los dientecitos de mi gato, agrego, ya mas tranquilo.
 
 Luego el detective lo llevo por una conversacion totalmente difernte al homicidio. Cuando lo vio relajado le lanzo:
 -Tu sabes que hubo dos homicidios mas, no?
 -Como que dos, mas?   Fue la inmediata  respuesta.
 Sono el telefono, el policia lo tomo, le hizo señas para que saliera y dandole la espalda  comenzo a  contestar.
 
 
 A temprana hora del dia siguiente   Esteban llamo  a Hernandez para inquerir  noticias.
 -Creo que pronto tendremos novedades  para ti, tenemos casi cercado al  criminal.
 El de anoche sera su ultimos crimen.  Y olvidandose que hablaba por telefono pregunto al subalterno:
 -Olivares, ya me revelaste las fotos con los elementos encontrados en el sitio del suceso?
 Esteban cubriose  los ojos  con ambas manos y rompio a llorar.
 
 
 -Buenos dias muchacho, dejanos pasar, dijo el detective  mostrandole su placa, gesto que imito su acompanante.  Esteban les invito  y cerro  rapido la puerta tras ellos.
 - Lindo gatito, dijo Hernandez cogiendo al minino  que ronroneaba   a sus pies. El  te
 rasguño  las manos?
 El muchacho pestañeo un poco, asintiendo.
 -Y como es que no andas  con tus lentes pirulos, si no te los sacas nunca?
 -Se me quedaron en el  velador, contesto  nervioso.
 
 
 
 -No seran estos?, pregunto Olivares, levantando la bolsa plastica que  guardaba unas gafas negras para el sol.
 Hernandez las saco y con alevosia  repaso su dedo sobre  “el serruchito”
 
 Esteban derrumbado, dio media vuelta y llevo sus manos a la  espaldas para que lo esposaran.
 
 Hernandez  antes de salir  le acaricio el lomo:
 -Lindo gatito!
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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