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Capítulo 46: “Mil Cambios, Una Mañana”.
La mañana siguiente a la del motín, despertamos alrededor de una fogata apagada y la jaqueca más encendida que nunca. Me levanté y la cabeza me daba tantas vueltas que fue preciso volver a acostarme. Volví a abrir los ojos y miré mi botella vacía de un extraño licor que según dicen se llama ron. Solo porque el de Arriba existe me recuerdo del nombre de la maldita bebida, sino por poco me mata las neuronas y la muerte dicen es para siempre, ¿savvy?
Me alcé por sobre todos y los desperté. Me di cuenta de que eran solo 10 los que se habían quedado con Manuel y conmigo. Una verdadera hecatombe de la cual tendríamos que aprender a salir, definitivamente no podíamos dejar la vida frente a un intento de supervivencia sino que la supervivencia nos debía dejar la vida.
-¡Atención!, ¡Despierten!, ¡Escúchenme por un maldito carajo, zopencos!-bramé parada en lo alto de una piedra.
-¿Qué rayos te pasa?, somos libres de dormir lo que queramos-dijo Manuel.
-Estoy consciente de ello, pero a ustedes les cuesta estar conscientes de nuestra condición. La horca nos espera si seguimos siendo así de holgazanes-dije, y todos se miraron sorprendidos de ver como yo perdía esa libertad de hacer lo que se me daba la gana por seguir un ideal de defensa y un poco de paranoia.
-Eso es cierto-por fin se escuchó la voz de Manuel, el principal estratega largo plazo del grupo, siempre a fin de cuentas fui el salvavidas-. Ahora no solo tenemos a la Corona a la siga nuestra, cosa que es bastante fatal si me permiten decirlo, sino que tenemos a un grupito nada reducido que nos quiere presentar la horca, pues no les hicimos caso en su idea-razonó y yo pensé “El de Arriba existe, sino a éste los ovnis lo habrían abducido antes de poder razonar”.
-Exactamente Manuel. Los tenemos tras de los talones y no me extrañaría que las ex-NHM nos delaten al Ejército Realista en venganza a nuestra actitud-dije.
-Pero si hacen eso les iría mal, nosotros ahí les podríamos acusar y no tendrían escapatoria. Estaría todo el ejército, lo confesamos y se centrarían en ellas mientras escapamos-dijo y su artimaña me dejó sin aliento, pensé “Tres años con una guerrillera experta en improvisar te convierten en ello”.
-Gran idea, solamente algo. Ellos saben quienes son las guerrilleras, que no nos hayan encontrado es otro punto, ¿savvy? Lo más probables es que armen un pacto: ellas nos encuentran y “capturan”, y los realistas las hacen impunes. Así que, Manuel, la idea no sirve de mucho, pero como plan b está bastante buena-dije, y todos se miraron con cara de “no cambia”.
-Entonces francamente estamos en riesgo-dijo o admitió Manuel.
-Ahá, así que todo aquel que desee irse ahora que no vuelva. Es el minuto preciso para largarse y reconocer la inconsciencia que el miedo otorga, ¿savvy?-dije-. Aquí no hay espacio para traidores y olvídense de que habrá un mísero lugar en esta guerrilla para miedosos y cobardes.
-Exacto, el que se quiera ir que lo haga, sino está frito-dijo Manuel dirigiéndose al grupo, yo apreté los dientes y descorché lo poco y nada que me quedaba de ron para bebérmelo de una. La respuesta fue nula, éramos pocos pero leales.
-Bien, entonces ahora viene la parte desagradable-dije, y todos se quedaron mirando mi botella de ron como pensando “hay algo más desagradable que lo que has dicho, ah sí ¡Quedarte sin ron!”-. Habrá reglas-declaré.
-Y te quejabas de que nos harían perder la identidad si nos asentábamos en Talca-dijo alguien que no recuerdo.
-Sé que piensan que nunca nos hemos regido por reglas y creen que las leyes nos harán perder la identidad, pero la única regla es la siguiente-sonrisas de alivio-: hacer lo que mejor hacemos. Cada persona tiene un talento aparte y ya que somos tan pocos nos debemos apoyar en ello. Cada cual dirigirá estocadas relacionadas a lo que hace, pero Manuel y yo las coordinaremos, ¿savvy?-dije-. Y, ahora alguien se opone. Recuerden: “Te opones y propones”.
Nadie osó a decir que no le agradaba la idea. En teoría seguíamos siendo exactamente lo mismo que habíamos sido toda la vida, pero habíamos hecho específicos los roles. Además, con mi frase postrer era difícil oponerse, estaban ya secos de ideas después de tres años y medios.
-Perfecto… Manuel se encargará de hacer estrategias largo plazo, aunque todos ayudaremos, eso nadie lo quita. Yo, soy una maldita timadora y soy mejor improvisando, ya saben que darme ¿cierto?-dije mirando a los demás con la mirada esperanzada.
-Es difícil darte algo-dijo alguien.
-Sí, sí, claro, como sea. El punto es que yo veo las cosas de alto riesgo y eso se traduce en improvisar en batalla, ¿savvy? Bien, tú, Franco, trazarás rutas, nos dijiste que viajaste con tu padre por caminos poco transitados. Valentina Cárcamo se encargará de infiltrarse en el teatro de cada ciudad en la que atraquemos e interpretar obras que persuadan a la población de hacerse al patriotismo de forma sutil…-ahí quedé.
-¿Cómo sutil?-preguntó la interpelada.
-Cómica, ¿savvy? Y luego bajarás al final de la obra a tirar lengua y obtener adeptos, si se trata de ricachones, bienvenido sea, amiga, ¿savvy? Y a los realistas que asistan a la función desármalos y déjalos más confundido que una película con triple trama, ¿savvy?-dije.
-No sé escribir guiones-declaró.
-Pero sí sabes ser más que cómica, eso te ayudará. Bien, Francisca Adriazola es conocida por todos como la más leal-todos asienten-así que se le dará una misión importante: recolectar el armamento de los realistas en los regimientos. Ella nos podría delatar, pero sabemos que no lo hará jamás. La idea es que engañe con ayuda de cualquiera de nuestras estrategias y que así consiga entrar. Ella es fuerte y sabe luchar, además tiene un carácter rápido y lleno de matices que no los dejará reaccionar-dije.
-Perfecto, pero trabajaremos juntas-me dijo.
-Un hecho-dije, era mejor asegurar lo que había ganado, y debo admitirlo: me encanta guerrear-. Bien, Emily, tú te harás cargo de organizar los repuestos y cuidar a la gente de la causa.
-¿De ayudarlos si se hieren?-preguntó.
-Sí, debes cuidar de su salud-corroboré-. Alejandra se hará cargo de enseñar en las casas de nuestros oponentes distintas maneras de arte. Cobrará cantidades desorbitadas, convencerá a los hijos de aquellos a hacerse al patriotismo y espiará cuanto pueda. Cada vez que haya batalla reunirá a sus adeptos e irá a luchar-dije.
-Ya, pero tenís que decirme a donde voy, si no soy na un mapita-dijo.
-Ahá, al descueve. Bien, el punto es que tienes que alojarte en un lugar. Javiera se encargará de mantener el armamento y reclutar gente en los ejércitos realistas, hacer secuestros. Ella es fuerte y tiene estrategia, así que una parte de nuestras legiones de batalla le será concedida.
-Perfecto, eso significa que me debo infiltrar…-pensó en voz lo suficientemente alta como para que la pudiesen oír todos.
-Exacto. Luego iremos Francisca y yo a recuperar las cosas, ¿savvy?-dije-. Bien, Catalina se hará cargo de persuadir en las iglesias realistas de una forma netamente católica, a que desalojen y transformará los conventos al patriotismo, para así dar refugio y fuerza de lucha en lugares recónditos. La iglesia tiene mucho poder para los españoles-planeé.
-Perfecto. Voy por el rosario con rumbo al Convento del Mar-dijo.
-Sí, a dos kilómetros de Punta Arenas, me pregunto cómo demonios no llegarías allí-dije con sarcasmo-. Arlette, tú difundirás voladores de luces de protestas y las de verdad en sitios web, hackeos y todo lo demás, las redes sociales que no se te olviden por un maldito carajo, mira que hay que tenerlos bien perdiditos para ganarles-dije.
-Ya, pero no tenemos señal-dijo.
-En algún momento debí de haber dicho entonces que tenías que comunicarte con la vida desde acá-dijo con una ironía que la hizo callar.
-Mejor me callo-dijo.
-Gran idea, amiga. Bien, llegamos a Graciela y Marianela. Ustedes dos se encargarán junto a Emi de mantener en la casona a la gente que se aloja. Es el centro de operaciones, pero en una pieza deben tener un burdel donde las dos finjan hacer cosas obscenas a los realistas que paren allí, mientras los llenan con pisco, ron y cuanta bebida exista en este mundo, ¿savvy?, luego los secuestran y obligan a hablar. Después de que suelten todo hasta su alma, ustedes deciden si lo dejan vivo y lo vuelven a nuestro lado o se comportan sanguinarias-dije.
-Claro, pero no me agrada la idea de venderme-dijo Graciela.
-Nadie ha dicho que debas hacerlo. Si uno se propasa solamente te comportas sanguinaria o nos avisas, nadie te tocará un pelo, lo mismo que Marianela-dije.
Asintieron. Era pasado el mediodía y volví a mirar mi botellón ahora vacío deseando que se llenara en la larga caminata que se veía venir.

Texto agregado el 28-01-2012, y leído por 120 visitantes. (0 votos)


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