| En la literatura republicana del Perú, don Felipe Pardo y Aliaga es una de sus figuras más eminentes, por la calidad de su espíritu como por su obra plena de nacionalismo.
 Nace el 11 de junio de 1806, sus padres fueron don Manuel Pardo, regente de la real audiencia del Cuzco y doña María Aliaga, segunda hija de los marqueses de fuente hermosa, vinculado por su ascendencia a familias patricias heredo la elegancia aristocrática, la finura y exquisitez de sus ilustres antepasados.
 
 Lo mejor de su educación lo recibió en España, bajo la dirección de don Alberto Lista, el gran maestro que proyecto su acción en el movimiento romántico Español, al que pertenecieron Espronceda y Zorrilla, su permanencia en Europa duro hasta 1828, dejando en su espíritu una cultura densísima, el regresar a Lima para el fue muy difícil adaptarse a las costumbres que revelaban un desarrollo espiritual incipiente.
 Aquí su gran talento capto con nitidez la sicología de nuestro pueblo, choca con su moral excesivamente severa y su distinción, las critica con dolor e ironía, don Felipe Pardo tenía un dominio del castellano muy notable, es por ello que la real academia de la lengua de Madrid, lo hace acreedor de la distinción de miembro corresponsal.
 Como poeta sobresale escribiendo: “la escuadra Boliviana” “el reformador y el eco” “el pueblo soberano” “los derechos del hombre” fue uno de los pocos que vio en la democracia a un mito, ya que para ser realidad exigía una elevada cultura en el pueblo; tuvo sátiras al carnaval limeño y a las varias constituciones de su época, su actuación política fue de relieve a pesar de su precaria salud, durante el breve gobierno del pulquérrimo general Vivanco ejerce el ministerio de relaciones exteriores, al caer este caudillo es desterrado a Chile, al llegar al poder don Ramón Castilla es nombrado ministro plenipotenciario y enviado extraordinario del Perú ante la cancillería Chilena, después es nombrado vicepresidente del consejo de estado, cargo del que se aleja debido a una parálisis que lo obliga a viajar a Europa en pos de salud, del viejo continente vuelve muy enfermo y ciego, donde su espíritu se hunde en los recuerdos coloniales y se queda prisionero.
 
 Entre las más interesantes producciones de don Felipe Pardo y Aliaga se cuenta:
 “los frutos de la educación” comedia de acertada critica a las costumbres de la época, estrenada en 1829.
 “las consecuencias de una vida disipada” y “don Leocadio” joyas de la literatura escritas en 1830.
 “una huérfana de chorrillos” comedia en 5 actos que aplaudió el publico Limeño en 1833.
 Un grueso volumen de su obra con mas de 500 paginas con el titulo “poesías y escritos en prosa” se publico en París en 1869
 Esta preclara existencia toco a su fin el 28 de enero de 1868, Aquí una de sus composiciones:
 
 
 QUE GUAPO CHICO
 
 ¡Dios me bendijo
 No hay duda de ello
 Dándome un hijo
 Mozo tan bello!
 ¡Cuanta esperanza
 Da su crianza!
 Aunque mi caja
 Con el camina
 Hacia su ruina
 Con tal alhaja
 Me juzgo rico
 ¡Que guapo chico!
 
 El asombro era
 De su colegio
 Con su mollera
 De privilegio
 Ya que ha salido
 De el y adquirido
 Hartas nociones
 Solo pasea
 Y zanganea
 Por más sermones
 Que le predico
 ¡Que guapo chico!
 
 Disputa, chilla
 Nos hace burla
 Su tarabilla
 Nos aturrulla
 Si con cariño
 Le digo niño
 Por Dios, no grites
 Echa dilemas
 Hecha enticemas
 Y hecha sorites
 Por ese pico
 ¡Que guapo chico!
 
 A mi me asombra
 La algarabía
 De lo que el nombra
 Filosofía
 Pido razones
 Y explicaciones
 Claras y serias
 Y en sus respuestas
 Me dice que estas
 No son materias
 Para un borrico
 ¡Que guapo chico!
 
 Siguió de historia
 Para ejercicio
 De la memoria
 Con que propicio
 Lo doto el cielo
 Con gran desvelo
 Curso completo
 Justo es lo alabe
 Lo mismo sabe
 De Hugo Capeto
 Que de Alarico
 ¡Que guapo chico!
 
 Mas dados, banca
 Y gallos juega
 Con mano franca
 Y más despliega
 En estas cosas
 Sus portentosas
 Disposiciones
 Que en las ligeras
 Y pasajeras
 Ocupaciones
 A que lo aplico
 ¡Que guapo chico!
 
 Si lo amonesto
 Se enciende en furia
 Por más que esto
 Nada le injuria
 Tales enojos
 Brotan sus ojos
 Que me acobarda
 Yo callo al punto
 Como un difunto
 ¡Buena me aguarda
 Si le replico!
 ¡Que guapo chico!
 
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