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Hace un rato que he “despertado” y todavía no entiendo nada. ¿Que hacemos aquí?, ¿Quiénes somos?, ¿Quien soy?, ¿Qué soy?. El recuerdo mas antiguo de mi vida solo tiene un breve tiempo de edad.
Estamos en… como describirlo. Llamémoslo “Vientre espiritual”.
Una luz suave nos rodea y un sonido agradable nos envuelve, luz y música, puedo identificar eso, ya es algo. Tengo el conocimiento y la aceptación de que, desde el inicio, soy algo y distinto al otro que me acompaña, distinto pero igual.
Luz y música, paz y armonía, siento, soy, aunque aun no se que. Trato de entenderme y me encuentro con el otro, ambos compartimos el mismo espacio, no es un espacio físico, no hay bordes ni membranas, solo estamos nosotros dos, el contacto con ella es permanente. Si, el otro es “ella”, no se porque, lo intuyo, lo aprendí, lo entendí, lo sé, una corriente de energía fluye entre ambos, me llega la afirmación de mis pensamientos, Si, ella es “ella” y yo soy “el”.
Luz y música, paz y armonía, felicidad, alegría… más que eso… mucho más… defino una nueva sensación…le doy un nombre… amor.
Un extraño sentimiento, somos dos y somos uno, felicidad y alegría.
El tiempo pasa, los sentimientos crecen… somos el uno para el otro, somos los dos una unidad, nos necesitamos, nos complementamos.
Un extraño sentimiento ha comenzado a embargarnos, ¿cuanto tiempo mas?, ¿será así siempre?, algo nos dice que no.
Luz y música, paz y armonía, amor, todo crece a un ritmo inusual, los lazos se estrechan, el flujo entre ambos se intensifica, ya ninguno es nada sin el otro.
Y de pronto, la nada, oscuridad, silencio y soledad.
Todo se vuelve físico. He cambiado, antes era espíritu, ahora además soy mente y cuerpo.
Vivo en un limbo, siento, pero también sufro, mi nuevo hogar tiene paredes, limites, presiones, frío, calor, hambre… Sigo llamándole vientre aunque se que es distinto al anterior, conservo el sentimiento de amor como concepto, de alguna manera se lo traslado a esta nueva entidad que me contiene, si embargo Extraño a “ella”, la extraño con toda mi alma.
Otra vez la sensación de un cambio inminente. Dolor, miedo, y de pronto luz y sonido. No es “la Luz” y “la Música”, ya no esta presente la paz y la armonía.
He nacido.






Tengo veinticuatro años, soy una entidad y tengo un nombre, pero también tengo un vacío en mi interior. Por las noches cuando empiezo a conciliar el sueño, por momentos siento que la recuerdo, un suave escalofrío recorre mi alma y rebota en mi cuerpo, por instantes percibo que el flujo de energía se restablece, pero en seguida se corta.
Los años han sido buenos en materia de desarrollo personal, he crecido, he aprendido, se quien soy, se que soy, una vaga conciencia de que estoy incompleto me asalta permanentemente. He conocido el afecto y lo he confundido miles de veces, sigo sin saberlo buscando ese amor, ese estado del alma que sé que existe aunque ya no recuerdo donde lo aprendí.

El subte traquetea de una estación a otra, el ruido de los frenos anuncia la llegada a mi destino. La multitud se apura a bajar, empujo para salir mientras otra multitud empuja para entrar. Cuerpos que se rozan y tocan, de pronto un roce me electrifica, lo reconozco en el acto, es lo que he estado buscando toda mi vida. Por un instante hay luz y música, paz, armonía y amor. Busco el origen y la veo.
Ella también me mira desde el interior del vagón. Las puertas se cierran.
Es “ella” me digo.
Es “el” se dice ella.
Nos miramos mientras el subte inicia el movimiento, nos seguimos mirando, ambos asentimos sonriendo con tristeza, finalmente el coche desparece de la estación.

Hoy tengo sesenta años y he pasado una buena vida en este mundo imperfecto, pero nunca más nos volvimos a ver. Estoy convencido de que las almas se “fabrican de a pares”.
“Quizás después de esta vida”, me digo…. Quizás después.





Seleccionado por Editorial Dunken para el libro "Recuerdos de Finesterre" recientemente editado.

Texto agregado el 22-03-2012, y leído por 343 visitantes. (9 votos)


Lectores Opinan
26-06-2012 Que intimo cuento hermano. tan lleno de todo. gracias por compartirlo. un abrazo afectuoso. yar
03-06-2012 A veces se encuentra ese par, a veces se sigue buscando como este momento encontrar en este momento al alma gemela! efelisa
29-03-2012 Tu texto se mueve con soltura en las fronteras de lo mágico, lo trascendente, lo onírico y lo espiritual. Excelente. ZEPOL
28-03-2012 Buenísimo. El alma gemela, la media naranja, como quiera que se le llame. El alma reclama la presencia de ese complemento que "falta".***** girouette
23-03-2012 El reencuentro se puede producir en la siguiente dimencion.Creo en eso. pantera1
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