Atardecía la bruma incipiente acosaba la recalada de la noche
La cual se escurría entre las grietas formando figuras fantasmales
Ya el atardecer se dormía con lánguidos suspiros, la noche soñaba
Mientras las nubes grises imaginaban sus oníricas quimeras fugaces.

Mientras un rayo de luz desde el cielo lucía un tímido cometa
En ella la noche ascendía sumergiéndose en abisales esteros
Sintiendo el fluir del plasma invisible exhumando su silencio frío
Sueños encaramados en galaxias lejanas cual olas multicolores.

La noche extendía sus sombras en fantasmales manos, se prendían
Y en el gran espacio horadado por huecos discurría su aventura
A placer se expandían libre, sin ataduras mortales, se exhibían
Más de pronto una claridad reluciente caía cual perlas doradas.

El amanecer se extendía debajo de sus alas oscuras, sin proezas
Y la noche declinaba liándose con la clara mañana temprana
Y la oscuridad despertó de pronto en un estero de luz en energía Confundiéndose en su luz y en reflejos de atracción, se mezclaron ambas.

Ray