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Siempre me sucede lo mismo, no se si será una maldición pero cuando salgo se me quedan las llaves dentro de la casa. Esta vez salí con mi madre a hacer unas compras, pero debía volver porque tenía que hacer un depósito bancario y al ir a buscar el número de cuenta corriente, cerré la puerta y…se me quedaron las llaves adentro. Es esa sensación de impotencia, que no sabes si colocarte a reír o colocarte a llorar, porque son situaciones tan estúpidas que la verdad ni siquiera sabes si estas soñando una pesadilla.
Mi madre se encontraba dentro del auto y le dije:
_Mamá…se me quedaron las llaves dentro._Ella se preocupó pero no me dijo nada, solo abrió los ojos grandes y miró al suelo con cara de preocupación. Mi esposo estaba en Nacimiento y no tenía una segunda copia en mi cartera…todo mal.
Pero luego me dí cuenta que mis vecinos eran los carabineros y que ellos me ubicaban porque siempre los saludaba a todos con una gran sonrisa y a veces me pedían favores pequeños. Al primero que ví fue a un carabinero joven y corpulento con cara de simpático y pensé, este joven me ayudará. Le expliqué que la casa desocupada del capitán colindaba a mi domicilio y que podría entrar por la parte trasera, es decir, el patio, solo necesitábamos una escalera. Una pregunta que me causó gracia fue la siguiente:
_Señora usted tiene perro?_Me quedó mirando con cara de curiosidad, ya que mis perros ladran toda la noche y él sabía que con el escándalo que metían debían ser bravos, a lo que contesté con la verdad:
_Si señor tengo dos perros cachorritos, solo tienen 5 meses y son juguetones, se ven grandes, pero usted debe entender que sus padres son inscritos, y que de pié el perro macho papá mide 1.75 de altura, pero en el fondo los cachorros juegan pero no muerden.
Fuimos por la escalera y el carabinero subió por ellas y al pararse en la pandereta llegó la chanel, que es la hembra y se abre de patas, eriza el lomo, arruga el hocico y comienza a ladrar como queriendo decir:_ Aquí no pasas aunque seas el coronel de las fuerzas armadas.
Enseguida comienza a ladrar el otro colocándose en igual condición de ataque y en eso me pregunta de nuevo el cabo:
_¿señora está segura de que son cachorritos? Se ven grandes y me quieren atacar.
_Espere_le dije_ yo subiré por las escaleras y los distraeré mientras usted abre la puerta._ Subí por las escaleras y comienzo a llamarlos con amor haciéndoles mimos y ellos vinieron a mi y me movían la colita y colocaban sus orejas hacia atrás en señal de pleitesía, sus ojitos brillaban de amor; pero en el momento que se encarama el cabo por la pandereta, comienza todo el show de nuevo, por más que le gritaba a mis perros que no y trataba de acercarlos llamándoles con cariño, estaban convencidos que el cabo no pasaría de esa pandereta.
_Nada que hacer_me dijo_Y me siento mal señora por su mamita que está en el auto, además es casi la hora de almuerzo, pero yo no me arriesgo para ir a abrir la puerta, sus cachorritos están decididos a atacarme. ¿Señora y si se encarama usted por la pandereta?
Pensé en muchas cosas, una que mi peso no dejaría que yo pudiera comportarme como una deportista, así como la Angeline Jollie corriendo por la pandereta y bajando por la escalera que colocaría del otro lado el carabinero. Yo pensé_Me voy a sacar la cresta y media y se van a reír de mi todos los carabineros de chile, comenzarán a enviar hasta twiter, de que una gordita se cayó desde lo alto de una pandereta de dos metros treinta y cayó en la caca de sus perros. Así que valientemente le dije: _Tengo dinero en mi cartera, así que comeremos cerca en un restaurante y esperaremos , de ahí algo se me ocurrirá, llamaremos a un cerrajero mas tarde.
Pero de pronto me di cuenta que si podía porque tenía motivos de sobra para ser valiente, me había colocado a estudiar con 38 años una carrera universitaria, había pasado la mayoría de los ramos, era buena alumna a pesar de mi edad , tenía un profe que me hacía la vida de a cuadritos pero no me rendía, además me iba a operar del estómago y eso no me daba miedo, entonces ¿Cómo podía darme miedo una simple pandereta?, así que le dije al cabo :
_¿Disculpe cuales su nombre?
_Cabo Hernández señora, Isac Hernandez
_Sr Hernández en caso que muera quiero saber quien me quiso ayudar a pasar hacia mi casa.
_Sra No se va a caer, yo la voy a ayudar, tranquila, solo siga mis instrucciones_ Fàcil decirlo él estaba en plena condición física, era un elástico, en cambio yo, me cansaba de subir las escaleras para ir al baño, pero era mejor arriesgarme que nada. El cabo estaba arriba de la pandereta ayudándome a pasar hasta la mitad donde había grandes ramas de un notro, donde podía sostenerme._No mire abajo señora_Al decirme aquello sentí como que me mareaba y me aferré al árbol y sentí que no podía mas, se me hizo un túnel que se habría dentro del patio, y vi solo un gran hoyo negro, claro si tenía vértigo (herencia de mi padre), todo lo veía más alto de lo que realmente era, el estómago se me encogía y yo solo agarraba las ramas de árbol y no quería bajarme de ahí, pero luego pensé_No me puedo quedar aquí, debo ir a buscar a las niñas al colegio, debo ser valiente._Lentamente me senté en la pandereta afirmándome de las ramas, y cabo tiró las escaleras hacia el otro lado y la escalera quedó firme y me dio las siguientes instrucciones:
_señora baje de poto no mas, mire que si se da vuelta se puede caer._Al decirme aquello me dio más miedo y me dieron ganas de tirarme hacia el patio, porque pensaba que si bajaba de poto la escalera sedería hacia delante y me iría con toda mi humanidad de hocico al suelo._Sra está bien firme enterrada en la tierra, tenga confianza en mis palabras, yo se que la escalera se enterró en la tierra.
En tanto mis cachorritos seguían ladrando dificultándome el nivel de concentración, pero como pude me aferré de la escalera y bajé “de poto” como me dijo e carabinero. Cuando pisé el suelo, me sentí orgullosa, porque había luchado contra todos mis miedos, incluso el vértigo, me sentí como la Angelina Jollie.
Mas tarde le pregunté al cabo Hernández si estaría en la comisaría y me dijo que si, entonces fui a comprar rosquitas. La señora de la pastelería no me entendía que eran las rosquitas, se las señalé con el dedo y me dijo:
_AAAAAAAAAAH los calzones rotos, pero estas mas pequeñitas se llaman colaless, jajajajajajaja, no me diga que no sabía que se llamaban calzones rotos, jajajaja.
Nos reímos juntas y volví con las rosquitas para regalárselas al cabo Hernández, pero andaba de servicio, entré y pregunté por el cabo Hernandez, el cabo que estaba en el escritorio me dijo: _¿es usted la señora Carla Bahamonde?_ a lo que lógicamente respondí afirmativamente._El cabo Hernandez esta en servicio pero puede dejar su regalo con nosotros, yo se lo entrego._ con curiosidad me pidió que le explicara lo que había sucedido y trataba de no reírse, pero terminó riéndose igual.
Son esos momentos en donde uno transforma lo más amargo del momento hasta lo más dulce de un calzón roto, porque la vida es para disfrutarla y tener momentos, y sobre todo tomar de la vida las cosas agradables y transformar lo desagradable en momentos inigualables.

Texto agregado el 17-04-2012, y leído por 264 visitantes. (8 votos)


Lectores Opinan
11-06-2012 Y volvió el zalamero de ZEPOL... 1* FOGWILL
27-04-2012 Usted sabe, Serotonina, si la señora Carla Bahamonde vende los cachorros? +++++ crazymouse
25-04-2012 Esa vivencia en la escalera me hizo sufrir. La padecí contigo. He pasado un momento muy agradable leyéndote. Gracias por compartir. ZEPOL
22-04-2012 Me gusto lo que nos has relatado, es simpático y entretenido, siempre hay que vencer a nuestros miedos uno a uno. Mis estrellas...***** nito69
17-04-2012 Muy buen relato, me gustó leerlo. Saludos y estrellas. lider_de_masas
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