Lo que sucede conviene,

Conviene lo que no sucede,

A veces el camino de ida no es el camino de vuelta,

Simplemente porque nos extraviamos.

Hoy te hice el amor con dulzura y pasión como otras tantas veces,

¿Mañana seguirás en mi lecho o solo quedara tu huella en mi almohada?

Miro desde la ventana, fumando un cigarrillo, la tarde que muere;

Me invade un extraño presentimiento,

Será la lluvia que se aproxima o tu partida,

Hace tanto que no lloro, pero la lluvia llorara por mí.

El tiempo tuyo ya no es mi tiempo,

El destino, querida mía, nos traiciono a los dos,

A ti por tu dubitativo querer, a mi por amarte en demasía

Pero así pasan los días,

De espaldas al amor y la ternura,

Porque jugamos con las cartas marcadas

Y eso no se hace entre seres que se dicen mucho querer.