Camino sobre el barro
húmedo y penetrante
y admiro esas Bellas Artes,
añorando el pasado,
marchito y pesante.

Es humillante,
algo torpe mirar tus ojos
si nunca me encontraré en ellos,
si sólo amaré la lluvia
y mis años se acabarán en un consuelo,
si seré absorbida por el tiempo
y por los cadáveres ya muertos.


Seguiré contradiciéndome,
si seré apenas una mitad de Mujer
y contemplando el cielo,
dejaré lo que en otra vida fui
y abriré paso a mis ojos
que se fueron detrás de Ti.


Volveré a mirarte,
sí, a mirarte otra vez
buscando una respuesta o un por qué
y coseré tus labios para no besarte
y de ausencia envejecer.


Amaré, odiaré eso ya lo sé
tal vez ya lo sabía antes de nacer
y seguirán siendo inestables
mis estados al amanecer
y miraré tus ojos por última vez,
pero mi vientre retorcido
contemplará las flores
que después de muertas ya no tendrán sed.


Y te amaré,
llegaré a odiarte también
y temblaré de frío
cuando mis alas hayan sido cortadas
y en ese instante
con el barro me hundiré.