Abundan pasos confundidos
con extrañeza notoria saliendo de los ojos,
los pies actúan monótonos,
pero la dirección carece de claridad.
Pese a ello, continuar es menester
para darle utilidad a las escasas cartas
que restan del abanico.


Chocan miradas constantemente
bajo paredes intimidadoras,
y el rebote aumenta la confusión,
hasta callar la voz más intima del corazón.
Intenciones adormecidas
y pensamientos nublados.

El tiempo idealiza la rutina
y aumenta la misantropía con vehemencia,
mientras el clima pasa inadvertido,
observando sagazmente
las incoherencias en las acciones.
El mundo reposa con alivio
a costa de la rendición humana,
incrementando paulatinamente
la distancia en la búsqueda
por lograr la estabilidad en lo sublime:vivir.