El ruido del agua discurre tranquila
Entre tu tiempo y el mío
Unas risas escuchadas con eco silente
Retumban entre los durmientes de mi espalda
Un miedo abrasador perfora mis pensamientos
Miedo a no recordar tu piel, tus manos
A mezclar tu forma con un endiablado retazo
Con un fulgor en la adormecida loma
Ríe, que tu sonido me guíe
Y no me deje dormir antes de morir
Mis largas noches austeras
Te reclaman en la ausencia
Sinuosas las miradas esperan contención
Dónde volarán las palabras emanadas
Si no puedo asir tu verbo inacabable
Ahondo tu ser en el camino amanecido
Y te traigo en una lujuriosa mañana de frío