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Dedicado a mi amiga Vanessa
Un ejemplo y fuente permanente
De inspiración y admiración


Me despierto gritando sudoroso y agitado. Me intento tocar la espalda palpando mi piel en busca de la herida.
- ¿Que fue esto? – me digo
La sensación de dolor todavía me inunda, se que he estado soñando pero el miedo todavía persiste. La habitación esta a oscuras, claro, todo esta a oscuras, así es mi vida. Soy ciego de nacimiento.

Ya más sereno trato de recordar la pesadilla y la piel se me eriza.
Todos saben que los ciegos no soñamos con imágenes visuales, ¿Cómo podríamos?, pero también todos saben que no por eso nuestros sueños son menos vividos que los de el resto de los mortales. Lo que pocos entienden, es que lo que nos fue negado en visión, nos fue otorgado con exceso en tacto, oído, gusto y olfato… y algunas cosas más. Nuestros sueños, al igual que nuestra vida están compuestos intensamente de estos sentidos.


Tres veces al año, y por periodos de dos meses realizo mi trabajo poco convencional, mis tareas las efectúo frente a una consola desde la que me comunico y atiendo las alarmas, puedo percibir cada una de ellas por su única frecuencia, mi turno habitualmente transcurre tranquilo frente al tablero de mandos, la soledad nunca fue un problema para mi. Claramente no existen muchos trabajos para no videntes, curiosamente el mío es todo un desafío para mis sentidos, soy vigilante.
El modulo habitacional Tritón V en la Terminal fría esta sumergido a más de ocho mil metros de profundidad. Desde allí controlamos con mi compañero, la operación prototipo de la central eléctrica mas extraña del planeta.
La solución no tiene nada de novedosa, se basa en el efecto termoeléctrico de Seebeck descubierto en el año 1826. Hace ya muchas décadas que se conocen estos metales semiconductores que tienen la propiedad de transformar energéticamente la diferencia térmica entre sus extremos en corriente eléctrica. La solución es simple entonces, hay que encontrar en el planeta una fuente de calor gratuita lo mas cercana posible a una fuente de frío también gratuita. La cercanía de ambas fuentes es el factor clave del precio de la inversión y por ende del negocio. Una vez realizada la misma, el costo de mantenimiento de la central es mínimo.

La fosa abisal de Puerto Rico garantizaba ambas condiciones. En la profundidad el agua esta a menos de dos grados centígrados, mientras que en la superficie del mar, la inmensa boya que incluye al otro modulo habitacional está anclada firmemente al lecho marino con su cubierta de cobre pintada de negro lo que garantiza temperaturas superiores a los treinta grados. Ambos extremos unidos por los semiconductores y el transformador alojado en superficie, generan la corriente eléctrica que luego es transportada por cables submarinos hasta Puerto Rico. Puede parecer poco pero esta central termoeléctrica piloto genera más de tres megavatios diarios prácticamente gratis. El gobierno de Puerto Rico muy agradecido.

En Agosto de este año bajamos en el batiscafo de la empresa Rupert y yo. No me gusta hacer juicios rápidos pero claramente supe desde el principio que Rupert jamás podría reemplazar a Arnie.
Esta es mi quinta temporada de inmersión, en las cuatro anteriores Arnie y yo convivimos en paz y compañerismo, a ambos nos gustaba la música y la lectura. Al día lo dividíamos en periodos de seis horas de vigilancia. Esto nos permitía adicionalmente suficiente descanso y ocio. Arnie era de pocas palabras y yo lo agradecía. Cada uno tenía su camarote con baño químico privado. Además estaba la consola de operaciones, la sala de estar y cocina y las cámaras compuertas que comunican a los batiscafos, único transporte con la superficie y el mundo exterior.
Lamentablemente Arnie no pudo bajar esta vez, la convalecencia de una internación de urgencia debido a un extraño virus que le afectó el corazón impidió su partida, Rupert, un hombrecito huraño y de voz aflautada, contratado a último momento sería este bimestre mi compañero en el abismo.

Hace mas de treinta días que nuestro batiscafo, Nautilus 1, luego de tres horas de descenso, se acoplaba al modulo habitacional. En el otro lado del cilindro el Nautilus 2 ya estaba listo para partir.
Greg y Wesley nos recibieron ansiosos.
- Hola Charlie, que gusto de verte.
- Igualmente Wes – Dije, orientando mi cara hacia la voz que reconozco – Les presento a Rupert, mi nuevo compañero.
Los saludos se sucedieron calurosamente, noto en la voz de Greg y Wes que están ansiosos por partir a la superficie.
Los muchachos nos ayudan a bajar los alimentos mientras la bomba del Nautilus 1 transvasa el agua potable al depósito del módulo.
Grez y yo compartimos la misma habitación bimestre de por medio.
- ¿Hiciste la cama Greg? - Le pregunto bromeando
- Claro Charlie, y te puse chocolatines sobre la almohada.
Una hora después cerraban la compuerta y subían a la superficie en el Nautilus 2.
Los primeros días con Rupert fueron tensos. El era nuevo en el oficio y tuve que explicarle el funcionamiento de todo. Adicionalmente y de la mejor forma posible le quise explicar la importancia de dejar las áreas comunes ordenadas. Rupert tiende a levantarse de la mesa corriendo la silla para atrás y no vuelve a acomodarla, en dos oportunidades casi tropiezo y caigo al piso. Por otra parte presta atención y aprende rápido pero percibo en su voz cierto fastidio, como si le molestara aprender de un ciego.
Después de dos semanas parece llegar la armonía. Al tener horarios distintos e intereses diversos, (Rupert prefiere la televisión), llegamos a un acuerdo tácito de encontrarnos lo menos posible.
Controlar la Terminal Fría (así le decimos al extremo donde estamos ubicados sobre el lecho del mar) es una tarea sencilla. Las bombas del intercambiador de aire con la superficie, susurran permanentemente proveyéndonos del oxigeno necesario, estamos presurizados a una atmósfera, tal como si estuviéramos en la superficie. El “ping” del sonar repica monótonamente cada cinco segundos. En realidad no es de esperar que tengamos visitas biológicas a esta profundidad y tampoco son tantas las naves humanas que puedan deambular en este abismo pero los ingenieros prefirieron no dejar nada al azar. Adicionalmente las alarmas solo permiten la detección temprana de la rotura o salida de servicio del extremo frió. Una gigantesca parrilla suspendida a diez metros del lecho marino asegura la temperatura necesaria para producir el diferencial térmico entre los extremos y por ende la máxima generación eléctrica.
Curiosamente el problema mas serio que tenemos es una consecuencia natural de dicho efecto físico. El extremo frió tiende a calentarse para lograr el equilibrio del sistema, esto genera una corriente de agua permanente alrededor de la parrilla que por convección asciende, siendo repuesta por el agua fría bajo la parrilla. Esta corriente permanente de agua “tibia” (en realidad no supera los ocho grados) y el calor de la propia parrilla ha ido constituyendo un microclima donde se instalan frecuentemente algunos pólipos y crustáceos. La vida en las circunstancias más exigentes no deja de sorprenderme. Había leído de la existencia de focos cálidos en el fondo de la cordillera atlántica, producto de los movimientos de las placas tectónicas, y también conocía de que allí se asentaban una variedad de criaturas abisales en busca de calor, lo que me emociona es que este microclima no lo ha creado la naturaleza sino el hombre. La consecuencia es inevitable. Mientras mas organismos cubran la parrilla menos capacidad de continuidad térmica tiene la Terminal fría y por ende menor es la generación eléctrica.



Desde que se inició el proyecto solo una vez tuvimos que reemplazar la parrilla, y aunque la operación fue sencilla y plenamente planificada estuve preocupado por Arnie y el batiscafo durante un buen par de horas. La angustia me consumió. Si algo salía mal perdería a un amigo y quedaría sin transporte y a merced de la asistencia que me pudieran brindar desde la superficie ocho kilómetros arriba.
El resto de las alarmas tiene que ver con la sintonía fina del sistema. La variación de la temperatura en la Terminal caliente, producto de los vientos, las nubes y el cambio natural de temperatura de las estaciones sumada a la demanda variable de energía de Puerto Rico obliga a variar permanentemente la conductividad de temperatura en ambos extremos. En una palabra, la central no puede funcionar permanentemente a pleno, todavía no hemos descubierto como almacenar tanta energía eléctrica.
Estimo que en un futuro no muy lejano la Terminal fría podrá funcionar totalmente telecomandada desde la superficie, pero la prudencia de nuestra empresa, Thermalpower, obligó a poner seres humanos con capacidad de análisis y evaluación en este primer prototipo. Demás esta decir que hay muchísimo dinero en juego. Y que me siento honrado por la responsabilidad que se me ha depositado.

Instintivamente llevo mi reloj pulsera al oído, oprimo el pulsador y una voz impersonal femenina me responde
- Tres treinta y tres AM. Jueves once de octubre de dos mil diez.
Llevo unos tres minutos sentado en la cama, el sueño, ¿Que fue?.
Poco a poco voy recordando.

Estaba sentado frente a la consola, el silencio de las alarmas, el monótono ping del sonar y la lectura de una novela en braille me tienen ligeramente distraído. Hace media hora que hice mi reporte a Terminal caliente en la superficie. Al “sin novedad de mi parte” escucho a mi amigo Ronnie que me explica que John tuvo que volver a puerto por una súbita cardiopatía de origen incierto. “En cinco horas vendrá un reemplazante” dice Ron con cierta aprehensión en la voz. Sinceramente quedo preocupado, ambos son mis amigos desde hace cuatro misiones, si bien Ronnie es un veterano muy capaz John es sin dudas el mejor operador y piloto de los Nautilus. Cualquier maniobra de rescate es John quien tiene mas probabilidades de llevarla a éxito.

Interrumpo mis pensamientos… ¿cuales son las posibilidades de que primero Arnie y luego John tengan una afección cardiaca imprevista? luego recuerdo que solo estoy rememorando un sueño.

Sigo recordando, que, faltando una hora para terminar mi turno percibo un olor en el ambiente y mi piel siente una ligera brisa. Rupert esta en el cuarto. Mis sentidos se agudizan. ¿Por que el silencio?. Disimulo mi temor y finjo un súbito desperezamiento estirando los brazos hacia atrás. Mi mano izquierda toca el cuerpo de Rupert. Finjo sorpresa.
- Hey, Rupert, ¿eres tú?
La voz fastidiosa y aflautada me responde
- Quien si no.
- No te escuché
- Habrás estado muy entretenido.
- Que ocurre, ¿no puedes dormir?
- En realidad no, vine a hacerme un té.
Al rato termina mi turno e intercambiamos posiciones en la consola. Rupert pregunta.
- ¿Alguna novedad de arriba?
Percibo cierta ansiedad en su voz, pienso en ocultarle la noticia pero luego me arrepiento y digo.
- Si, en realidad Ron se ha quedado solo, parece que John se enfermo de pronto, tuvieron que buscarlo y llevarlo a puerto, un reemplazo vendrá en unas horas. El resto todo bien.
Estoy seguro de que si pudiera verle el rostro lo vería sonreír con una mueca torva. Por respuesta solo tengo un “Hmm”
Vuelvo a mi cuarto pongo música le hecho llave y pego el oído a la puerta. Sospecho algo. Las horas pasan lentamente, de pronto siento a Rupert caminando frente a mi puerta, silenciosamente prueba la cerradura. Escucho su respiración pesada del otro lado, al rato, aparentemente satisfecho, vuelve a la consola y prueba la radio. Solo alcanzo a escuchar la voz de Rupert que dice en voz baja:
- Hola Ben, ¿como va todo?
Transcurre un corto silencio y Rupert prosigue
- Si, el ciego también esta en su cuarto, podemos hablar.
No puedo escuchar al misterioso “Ben” pero al rato Rupert dice
- Ok, entonces ¿lo hacemos en el próximo turno?
Rupert emite una apagada carcajada y finaliza con un “ ok cambio y fuera”
Los recuerdos del sueño se desgranan rápidamente

Al rato estoy nuevamente en la consola es mi turno otra vez. Pasa una hora y de pronto huelo el olor a “Rupert” siento la brisa en los vellos de mi cuello y un frío metal se clava en mi espalda…. Fin del sueño.




Respiro pesadamente, por si no lo dije antes la falta de vista en mi caso viene con algunos extras. Uno de ellos es la premonición.
Me trato de calmar diciéndome “es solo un sueño” pero al mismo tiempo me convenzo de que, lo soñado, es un anticipo de algo que seguramente va a ocurrir.
Me incorporo de la cama y camino al baño, en el camino tropiezo con una zapatilla, la palpo y huelo, es mía, ¿como puede ser? siempre soy cuidadoso con todas mis cosas es la base para encontrar todo. Reviso la puerta del cuarto y esta cerrada por dentro con llave, entro al baño para buscar el vaso y el agua mineral gasificada. No está… tanteo arriba del tocador y de pronto tiro la botella al piso, la botella no estaba donde la dejo siempre… ¿otra casualidad? Definitivamente no... me doy cuenta y sonrío, Ah, son mis propias señales que he dejado a propósito ¿ tampoco lo dije antes? otro “extra” que tengo es la capacidad de soñar a voluntad y conciente y veces hasta soñar dentro de otro sueño.

Todos soñamos, incluso los animales. Desde temprana edad descubrí en los sueños un recurso útil. Todavía recuerdo con simpatía la resolución de un enigma planteado por mi padre que me volvió loco toda una tarde. Me dormí con el problema y lo resolví en sueños. Papá casi me mata cuando lo desperté a las 4AM para darle la respuesta. Desde entonces he perfeccionado este arte de soñar y domesticar mi subconsciente para que resuelva problemas.
A medida que mejoraba mis sueños se volvían más reales y en una oportunidad descubrí que podía dormirme y soñar dentro de un sueño. La verdad es que me asuste un poco, El sueño dentro del sueño era muy similar a los sueños “normales”, el problema es que al despertarme no sabía si estaba despierto o no. La solución que encontré para estas experiencias era dejar pistas en el primer sueño que me alertaran al despertar del segundo de que seguía soñando. Las ventajas de hacer trabajar el subconsciente mientras mi cuerpo descansa son gigantescas, pero la más importante es la del aprovechamiento del tiempo. Los sueños transcurren a velocidad de la mente, un día en un sueño solo ocupan diez minutos de la vida real, entonces es simple, a mas “tiempo” mejores soluciones.
Trato de aclararme las ideas, en este momento en realidad estoy dormido y soñando en mi habitación donde acabo de despertar de otro sueño. Así de sencillo.
Este sueño dentro del sueño que acabo de relatar es mi premonición. Ahora estoy convencido de que Rupert intentará matarme, no se porque aunque creo saber cuando. No obstante ahora se que también estoy en un sueño, el mismo me separa de la realidad seguramente por algún propósito que tuve al acostarme y que ahora tengo que descubrir.
No se cuanto tiempo dispongo de mi subconsciente hasta que realmente despierte, tengo que trabajar.
Una clara conclusión es que estoy soñando porque debo resolver como evitar mi muerte inminente.

Me visto y salgo de mi habitación.
Falta un par de horas para mi turno, preparo mi desayuno y saludo a Rupert en la consola.
- Buen día Rupert
- Buenos días – dice Rupert parco.
Espero tranquilo hasta las seis, entonces Rupert se levanta y hacemos el cambio de guardia. Aguardo una hora hasta que supongo que se ha dormido. Cuidando el más mínimo detalle me desplazo silenciosamente hasta la puerta de su habitación. Pego el oído a la misma y escucho débilmente el sonido de sus ronquidos.
Vuelvo a la consola, tengo mucho que hacer.
Mi primera tarea es habilitar el audífono de la radio para escucharlo por el parlante de mi cuarto. Ambos cuartos tienen la posibilidad de intercomunicarse con la radio, tanteando de memoria identifico el interruptor y cambio los cables de sus conectores debajo del tablero de la consola. De esta forma Rupert creerá que el intercomunicador con mi cuarto esta apagado cuando en realidad esta prendido. Adicionalmente desconecto el led de encendido del intercomunicador.
Ahora busco el interruptor general de energía del modulo. Transpiro tratando de recordar todo lo que me enseño Arnie. “La energía eléctrica no es un problema Charlie, estamos conectados directamente a una usina, todo aquí, calefacción, agua caliente, luz, horno y cocina funcionan con electricidad gratuita, adicionalmente tenemos un sistema redundante con baterías de emergencia, pero si necesitáramos cortar totalmente la electricidad del modulo en caso de tener que efectuar alguna reparación la llave principal esta en el tablero debajo de la consola a tus pies”. ¡¡Bendito Arnie!!. Me agacho debajo de la consola y tocando con cuidado encuentro la tapa del tablero, la abro y palpo la llave, esta hacia arriba como corresponde, si quiero apagarla solo tengo que bajarla.
Ahora mas tranquilo espero la hora de comunicarme con la superficie. Si todo sale como espero en mi sueño, también podré lograrlo en la realidad.



La radio hace un chasquido previo y escucho la voz de Ron
- Caliente a Frío, adelante Frío
- Hola Ron, soy Charlie, sin novedad de mi parte. ¿Y tu?
- Hola Charlie, la verdad es que un poco preocupado
- ¿Que ocurre?- pregunto aunque ya se la respuesta
- John acaba de ser evacuado, con una insuficiencia coronaria, El medico de la Empresa dice que se parece mucho a lo que le ocurrió a Arnie, dijo que era extraño ya que si bien se trata de un virus, el mismo no es contagioso entre seres humanos. Me prometieron conseguirme un compañero en las próximas cinco horas.
- ¿Sabes quien es?
- No, no lo conozco, es uno nuevo, solo se que se llama Ben.
Mis sospechas se confirman.
- Ok Ron, ten mucho cuidado.
- Ok Charlie, tu cuídate también.
Aguzo mis sentidos, en realidad estoy muerto de miedo, si bien se que es un sueño todavía, todo es tan real que asusta.

Al rato escucho los pasos silenciosos de Rupert acercándose al cuarto de la consola. Esta allí detrás de mí, todos mis sentidos lo perciben. Fingiendo desperezarme lo toco y reacciono sorprendido. Todo ocurre como en mi otro sueño.
Mi turno termina. Cierro tras de mi la puerta y pongo la música. Cubro con la almohada el parlante de mi cuarto y me quedo esperando.
De pronto el chasquido de la radio me sorprende.
La voz de Rupert se escucha claramente.
- Hola Ben, ¿como va todo?
- Bien Rupert, todo salio tal lo planeado, el viejo ya esta durmiendo.
La voz siniestra de Ben confirma mis sospechas.
- Si, el ciego también esta en su cuarto, podemos hablar.
- Ok ¿recuerdas las instrucciones?, tienes que poner la bomba y luego matar al ciego para que no avise, el temporizador te dará dos horas, mas que suficiente para alejarte ascendiendo en el batiscafo. Cuando yo escuche la detonación por la radio mataré al viejo y te esperare en la superficie. Será de noche, nos esperan en la costa con el dinero, los pasajes y los pasaportes. ¿Estas listo?
- Ok, entonces ¿lo hacemos en el próximo turno?
- Claro, Esta gente de Alternative Energy esta ansiosa por que terminemos el trabajo. Y nosotros por disfrutar de la buena vida.
Rupert ríe siniestramente y responde.
- ok cambio y fuera.
“Maldición” es simplemente un sabotaje de la principal competidora de Thermalpower. En realidad no es que no me importe mi empresa pero entre ella y mi vida no tengo dudas sobre quien es más importante. Tengo que encontrar la forma de avisar a Ronnie. Una idea surge en mi mente. Horas después vuelve a ser mi turno.
Junto coraje y me digo “tengo que morir para poder despertarme”
Unas horas después Rupert vuelve a asesinarme.


Despierto sudoroso y dolorido. Rápidamente busco mis zapatillas, están perfectamente ordenadas en donde siempre las dejo. Confirmo la posición de la botella de agua en el baño. Estoy en el mundo real. Ahora si estoy despierto.
El problema es mas complejo de lo que imaginaba, esta la vida de Ron de por medio y además una bomba con temporizador. Tengo que completar la última idea de mi sueño. Tallo un mensaje en una tapa plástica de carpeta, sé por Arnie que es de color naranja y que llamará la atención. Luego de revisar palpando el relieve marcado en la hoja plástica, la pongo bajo mi ropa, me visto y salgo de mi habitación.
Falta un par de horas para mi turno, preparo mi desayuno y saludo a Rupert en la consola.
- Buen día Rupert
- Buenos días – dice Rupert con su habitual parquedad.
Llega el momento de mi guardia y Rupert se retira a su cuarto.
Esta vez cambio los cables del interruptor del intercomunicador mecánicamente, sonrío y me digo en voz baja “esto ya lo soñé”
Aguardo la llamada de Ron. La conversación se repite. Antes de cortar le digo
- Ronnie, ¿recuerdas cuando con Arnie te mandábamos mensajes en botellas?
- Claro ¿estas por mandarme alguno?
- Si, pero no le digas nada a nadie, y haz exactamente lo que diga el mensaje. Recuerdas las clases de braille que te enseñe?
- Claro, siempre guardo mi abecedario braille a mano amigo… Hmm estas muy misterioso Charlie, ¿todo bien?.
- Eso espero Ron, ten mucho cuidado y llámame a los treinta minutos de comenzar mi turno.
- Ok Charlie, tu cuídate también.
No puedo adelantarle a Ron lo que ocurrirá, al menos no ahora, si le digo que Rupert va a matarme y volar la Terminal Fría y que Ben, que aun no ha llegado, va a matarlo solo porque lo soñé, me va a tratar de loco.

Otra vez los pasos silenciosos de Rupert a mis espaldas, La historia se repite pero esta vez en la vida real.
Rupert inicia su turno en la consola de mando.
Antes de ir a mi cuarto tomo una botella de agua gasificada la abro le quito un poco de agua para mejorar su flotabilidad, inserto por el pico el mensaje color naranja en la botella y vuelvo a cerrarla. Busco y guardo un puñado de sal gruesa en mi bolsillo. Unos segundos después pongo en marcha el evacuador de residuos orgánicos que no es otra cosa que una compuerta presurizada que permite expeler dichos residuos al mar. Rupert murmura en la consola, no se ha percatado de mi maniobra.
Apenas la botella entra en contacto con el mar, la presión del agua la arruga a la mitad de su volumen normal. La presión es de casi una tonelada por centímetro cuadrado o casi de ochocientas atmósferas. Las burbujas de agua se reducen instantáneamente a poco mas de una milésima de su tamaño original, pero el resto es agua dulce y los líquidos no se comprimen, la densidad total de la botella es inferior a la del agua de mar… la botella empieza su asenso a la superficie, a medida que ascienda las burbujas irán aumentando de tamaño y para cuando llegue arriba tendrá la misma apariencia que cuando la arroje al interior de la compuerta. En esta época del año las corrientes submarinas son casi nulas. Si Dios quiere Ron recibirá su mensaje y tendrá tiempo de prepararse.

Ahora si entro al cuarto y me preparo a escuchar nuevamente la conversación entre Rupert y Ben.
Todo se repite, la conversación es idéntica, es como leer el mismo libro esperando que en algún momento la trama cambie, pero no ocurre.

Simultáneamente en la superficie Ron pesca hábilmente la botella, extrae el mensaje, se desprende de la botella lo lleva a su cuarto. Al pasar frente a Ben este le pregunta:
- Que es eso que llevas en la mano?
- Una broma de Charlie… me manda cartulinas de colores desde el fondo.
Mostrando indiferencia le muestra la hoja plástica desde lejos. Ben responde con un aburrido “hmm”
Ya en su cuarto, Ron cierra la puerta y coloca una hoja en blanco sobre la cartulina, pasa suavemente un lápiz y los puntos en relieve aparecen inmediatamente.
El alfabeto braille consiste en una matriz de seis puntos ordenados en dos columnas por tres filas.
Ron tarda unos minutos en traducirlo. El mensaje es concreto.

RUPERT Y BEN SON SABOTEADORES ESTAN DISPUESTO A TODO, CUIDATE.
Ron murmura en voz baja “Charlie, ¿te has vuelto loco?, y ahora ¿que hago?”
Ron destruye el papel y lo arroja al inodoro de su cuarto.

El turno de Rupert ya termina salgo de mi cuarto para el ultimo acto.
Tomo posición en la consola y espero a que Rupert se retire. Apenas escucho que cierra la puerta me levanto en silencio y voy a la cocina, toco con cuidado buscando la sartén de hierro, vuelvo a la sala de la consola y desparramo la sal de mi bolsillo en un lugar exacto en el piso.
Abro la tapa del tablero eléctrico a mis pies, me quito las zapatillas, saco las cuerdas de las mismas y las guardo en mi bolsillo, pruebo tocar la llave con el dedo gordo de mi pie derecho, todo bien espero tener la fuerza suficiente, la pesada sartén espera en mi regazo, el mango en mi mano derecha.
Agudizo al máximo mi oído, aún falta resolver el tema de la bomba.
El monótono ping del sonar me crispa los nervios.
De pronto la radio chasquea, inmediatamente bajo el volumen al mínimo.
Escucho la voz de Ron que dice:
- Charlie, ¿estas loco?, ¿es cierto?
Suspiro aliviado, si Ron no hubiera recibido el mensaje tendría que explicárselo ahora por radio, con todo el riesgo que ello conlleva…En voz baja le digo:
- Ron confía en mí, cuando puedas inmovilízalo. Si no puedes no dudes en eliminarlo, el esta esperando una señal de aquí para eliminarte a ti.
- Charlie, ¿que dices?, no puedo.
- Por favor, confía en mí.
De pronto escucho abrirse la puerta del cuarto de Rupert, inmediatamente apago la radio y murmuro “que Dios te ayude Ronnie”
La piel de mi cuello se eriza, lo siento caminar por la cocina, “ahora debe estar buscando el cuchillo” sin embargo el cálculo de tiempo me falla siento otras puertas de la alacena que se abren. “¿que esta haciendo?” y la respuesta me llega inmediatamente “esta colocando la bomba”.
Los pasos se acercan, finjo estar distraído. En un instante siento el crujir de la sal bajo sus zapatos. Era la señal que esperaba.
Aprieto con todas mis fuerzas la llave de interruptora, por un instante creo que no voy a poder lograrlo, finalmente baja con un chasquido. Mientras me levanto inclinándome hacia un lado pienso, “ahora los dos estamos ciegos, ¿Qué se siente?”. El brazo surca la habitación empuñando el cuchillo. El mismo se clava en el respaldo de la silla, yo ya no estoy ahí en cambio yo se perfectamente donde esta el, lo huelo, lo escucho resoplar.
La sartén de hierro hace un ruido sordo al estrellarse contra el cráneo de Rupert.
El cuerpo cae inmóvil. Rápidamente ato muñecas y piernas con las cuerdas de mis zapatillas, adicionalmente ato su cuello al sillón con mi cinturón. Quedan pocos minutos. ¿Qué hago con la bomba?, ¿trato de encontrarla y desactivarla o huyo a la superficie?

Tres horas después El batiscafo, Nautilus 1 llega a la superficie. Intento comunicarme con la radio aérea.
- Adelante Ron aquí Charlie
El silencio se hace eterno.
- Ron, ¡contesta por favor, aquí Charlie!.
Después de un minuto que parece un siglo la voz temerosa de Ron contesta.
- Charlie aquí Ron… espero que tengas una muy buena razón para haberme hecho hacer lo que hice.
Siempre pensé que las lágrimas eran demasiado valiosas para desperdiciar en el dolor o el sufrimiento. En cambio ante la felicidad siempre me quiebro. Las lágrimas inundan mis mejillas.
- Ron, maldita sea, guíame por favor, no se manejar esta mierda en la superficie.

Unas horas después la gente de seguridad de Thermalpower se ha hecho cargo de la situación, los cómplices ya han sido detenidos en la costa y Ben ya se encuentra maniatado y bajo custodia. Rupert aún continua abajo. Aparentemente ha jurado entregarse sin resistirse si bajan a rescatarlo.
Mientras volvemos a la costa con Ron, este me pregunta
- ¿Como hiciste con la bomba?
- Por el golpe que le di en la cabeza a Rupert supuse que iba a estar inconciente al menos media hora. Cuando el buscaba el cuchillo escuche el chirrido particular de una de las puertas de la alacena, como en dicha alacena no guardamos los cuchillos, supuse que allí había escondido la bomba. Después de atarlo, busqué la alacena que reconocí por el chirrido, y allí encontré la bomba. Era como un ladrillo húmedo y de un sabor desagradable. Un artefacto metálico pegado al mismo y conectado con cables hacia un ruido como de reloj. Coloqué la bomba sobre su pecho. Volví a conectar la energía. Y me fui. Operar la compuerta, acceder al batiscafo y maniobrar su ascenso fue mucho más difícil, tuve que apelar a todos mis recuerdos...
Ron me interrumpe.
- Pero, entonces, ¿por que no explotó la bomba?
- ¿Te acuerdas que até las muñecas de Rupert con la cuerda de mis zapatillas?. Supuse que si despertaba a tiempo podía quitarse el cinturón con las manos que estaban libres, luego cortar las cuerdas con el cuchillo con que me había atacado y que aún permanecía clavado en el respaldo del sillón y finalmente desactivar la bomba si era posible. Por eso volví a encender la luz, para ayudarlo a ver. Me imagine que la necesitaría si quería desactivar la bomba. Supuse que preferiría vivir en una cárcel a morir en el abismo.
- Pero, ¿y si no volvía en si?, ¿y si no podía desactivar la bomba? – pregunta Ron angustiado.
- Hmmm, entonces creo que hubiera explotado, pero… ya nos habríamos enterado ¿no?
Ron hace un largo silencio, percibo que me mira asombrado. Finalmente me pregunta.
- ¿Y como descubriste todo?, ¿Cómo resolviste todos los problemas?, ¿como armaste el plan?.
- Ehhhh… secretos del “oficio”…
Se que Ron me mira incrédulo, aunque no puedo verlo le devuelvo mi mejor sonrisa.

Texto agregado el 09-08-2012, y leído por 371 visitantes. (7 votos)


Lectores Opinan
16-04-2013 Musitas... Este es uno de los cuentos más increíbles que he leído. Me da calosfríos todo ese misterio. Es simplemente genial. Saludos. kone
13-04-2013 Este es el cuento que había elegido para nuestro proyecto. Es diferente y muy interesante. Un abrazo. umbrio
13-04-2013 excelente historia***** pensamiento6
19-08-2012 Un cuento realmente muy bueno Amigo. Te luciste. Me gustó la precisión de las descripciones técnicas, y me atrapó el suspenso de la trama. Eso de saber que uno sueña o soñaren sueños es cierto. A mi también me pasa. La verdad, un cuento magnífico. Te felicito. IGnus
15-08-2012 Qué decir? Uauuuu, impresionante!! (0_0) Mis cariños dulce-quimera
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