Una historia de amor

Me acerqué a ella con pudor. Me habló de su infancia, que recordaba verde, con ventanas grandes y portones de madera, libros de tapas duras y un cielo que se volvía naranja cuando la tarde se daba la mano con la noche. A los doce años su madre le regaló un libro de poemas y su padre uno de matemática. Ella quería que fuera maestra y él doctora.
Luego su vida transitó por lugares muy distintos, donde la gente andaba demasiado rápido y en los que todos parecían querer llegar primero.
A él lo conoció en la década del sesenta, entre nuevos desafíos y una forma diferente de vivir la vida, compañeros, solidarios, amantes. Se casaron casi sin planearlo, sin jurarse amor eterno, tuvieron tres hijos.
En un otoño tan sereno como el día en que se conocieron, él murió.
Ella ya no supo cómo ni porqué vivir. Una noche salió de su casa a caminar y nunca más volvió.
Hoy vive en la entrada de un edificio abandonado.