| No basta caminar descalza sobre la hierba húmeda de rocío
 ni entre juncos que ignora el manantial,
 tú y yo en un sendero de hierba y olvido
 en la espera de mil astros suspendidos.
 
 Mi pudor oculto en manto tornasolado,
 de asombro y vida tu mirada
 posada en mis hombros desnudos,
 mirada fecunda, tu complicidad y la mía,
 me hiciste dueña de tu noche
 tú perpetuaste la mía.
 
 No basta tu brazo que ciñe mi cintura
 ni mi piel que ansía tu caricia,
 tu aroma encadenado a mi lecho
 mis manos perciben tu rostro,
 me enlazo a tu cuello y el calor de tu aliento
 convierte mi alma en delirio y pasión.
 
 Tus labios me buscan, mis manos te acercan
 artesano de amor, esculpes mi cuerpo
 me vistes de seda, de estrellas y luna
 te miro, me miras , sonrío, sonríes
 deseo, deseas, cambiamos la historia
 de tiempos de espera, de tiempo de sueños.
 
 No basta la hierba, ni el junco ni el bosque
 no basta tu aroma que invade mi alcoba
 no basta el ocaso, la noche, la luna
 no basta el amor, la distancia ni el tiempo,
 no basta buscarte en mis manos vacías.
 
 Dormida te veo en el umbral de mi cuarto
 visitas mis noches en la ausencia de tí
 te busco en delirio, me abrazo a tu cuerpo
 amante fugaz, no olvido tu nombre,
 ni olvido tu mano diciéndome adiós,
 
 el último adiós un Domingo cualquiera.
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