Peregrino y deambulo,
buscando indicios.
Recorro caminos,
sorteando rocosos,
somnolientos pedregales,
embelecidos.
Me interno en laberintos
que...
no encuentran
sus vertices,
ni puntos de salida.
Solo mis plantas,
desnudas, sucias
y calvas...
no abandonan
su estimulo y continuan
su marcha.
Campanillas que danzan
sus ritos coloridos,
me acunan melodiosas,
en pesebre de Luna plateada.
Puplias adormecidas,
en suave columpio,
levitan mi alma.
Y es entonces donde
todo se acomoda,
la Luz esplondorosa
me abraza en
baño de espumas...
Retoman mis sueños
Vida luminosa y propia,
y un destello en la intemperie
lo invade todo
repentinamente!


Senti en mi entorno
el suave roce
de un hálito de magia,
y por fin pude
cerrar mis ojos,
oir los latidos...
y aprecie por fin,
la profunda serenidad
de sentirme en calma.