Si pudieras haber pensado, haber respirado, haber sonreido una sola vez todo hubiera sido totalmente diferente, las lágrimas no hubieran inundado los pantanos de la desesperación, los corazones no se hubieran roto en trozos imposibles de recoger ni pegar, las almas ennegrecidas hubieran encontrado en ti su blancura original. Hoy ya no estás y aunque distante a mi tengo que decirte que me duele, me duele porque muchas veces la vida no es justa, no es justa porque el dolor que sentirá la gente que te iba a rodear tiñe de amargura mi cara, mi fe en algo que puedo decir sin que me tiemble la voz que definitivamente ya no creo.