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UN PASEO RITUAL



.- Vos alguna vez fuiste al tren ?...
.- Fuiste en tren, querrás decir...
.- No, digo bien, fuiste al tren?...Más claro, fuiste de paseo al tren ?....
.- Y dale, me estás cargando, que mierda voy a ir a hacer al tren.
. -Podés ir a cagar al tren...Pero claro, vos sos porteño, por eso no me entendés. pero los que somos del interior y de otra época, íbamos al tren, pero dejála ahí,
en realidad me importa un carajo si fuiste al o en tren, lo que yo quiero contarte
es que en mi pueblo...
.- Blaquier...
.- Si, Blaquier.
. Me tenés los huevos al plato con los cuentos de tu pueblo, no podés hablar de
otra cosa. Siempre lo mismo, todo pasó en Blaquier ?... Porqué no te vas a vivir a
Blaquier y te dejás de romper las pelotas .
.- Tá bien, perdoname, no te cuento un carajo. Qué voy hablar con vos si no tenés raíces. Qué me podés contar de tu Buenos Aires querido, a ver contá. Me vas a contar de la barra de la esquina, del barrio, del colegio, qué se yo, pero de tu identidad , de tu pertenencia a Buenos Aires ni aca.
.-Má si contá, te estaba chanceando. Te engranaste boludo...
.- Tá bien, sigo. En el lugar en que nací, pasé mi infancia y parte de mi juventud...
.- Porqué no decís Blaquier y la hacés corta ?
.- Porque en cualquier pueblo en que naciera por el que haya pasado el tren no
habría un boludo como vos que no supiera que significa ir al tren, por eso te lo
cuento a vos, gil ... Y no me interrumpás que me cuelgo. Nosotros no gozabamos de
muchas diversiones que digamos; la radio que se oía como el culo, cine una vez
por semana, pero teníamos un paseo obligado, cuatro veces por semana, en las primeras horas de la tarde, el tren. Dos trenes de adentro para afuera y dos de afuera para adentro. Que era una forma de decir impuesta por los porteños que se creen el ombligo del mundo, porque en realidad los de adentro eramos nosotros, pero ellos nos llamaban los pajueranos. La cosa es que esos días no siesteábamos, nos poníamos la ropa dominguera y nos íbamos al tren. Ya me estás por interrumpir... a que mierda íbamos ?... A pasear, mirá que simple. Era como ir a misa, un rito eso era. Para los que lo practicábamos, era un acto casi sagrado, lloviera o cayeran soretes de punta, ahí estábamos nosotros esperando el tren. Como el horario coincidía con el descanso del mediodiá, nadie iba a trabajar hasta que el tren partía. Te cuento un hecho que te va a dar una idea de la importancia que tenía esta costumbre. No, no era una costumbre, no era una rutina, era un acto sagrado, una consigna convocante, una movilización fudamentalista, llamale como quieras, pero tenía un componente místico al cual no podíamos renunciar...¿Ah, la anécdota ?...Si tenés razón, me había olvidado. Resulta que en la zona había dos gauchos que se la tenían jurada, no recuerdo el porqué, pero todos sabíamos que el día que se encontraran iba a correr sangre y esa tarde mientras estábamos haciendo tiempo en la vereda del Hotel de Gatti, que quedaba enfrente de la estación, vemos venir de este a oeste al Tape Tapera, al tranco de su caballo zaino, instintivamente, como intuyendo el fatal desenlace, miramos hacía la izquierda y la figura bravía y altanera de Moreira, en su bicicleta de medía carrera, se recortó en la misma calle, pero a contramano. Sus miradas se encontraron en el cruce de la estación y se produjo una explosión como de un arco voltaico. El destino los había enfrentado a la hora señalada. ..Y nosotros nos fuimos al tren. Después nos enteramos que ni se miraron, un duelo sin testigos no tiene razón de ser.

No íbamos despedir ni a esperar a nadie, íbamos a ver pasar extraños. En esos diez minutos nos conectábamos desde la carbonilla del andén con esos seres que venían de más allá de nuestros galaxia, que conocíamos por las revistas, la radio, el cine, y que ahí se corporizaban. Un día, para vendernos camiones, el gobierno de Frondizi nos sacó el tren, a la carbonilla la cubrió el pasto, debajo de él están las pisadas de un paseo que nos conectaba con los A.N.I., Argentinos No Identificados. La estación nos recuerda con nostalgia.

Neco Tapera


Texto agregado el 03-10-2012, y leído por 294 visitantes. (4 votos)


Lectores Opinan
03-10-2012 "Qué voy hablar con vos si no tenés raíces." Hoy día, no sólo muchos no tienen raíces, sino que por voluntad propia, se convierten en apatriados. Qué bien has pintado aquí ese orgullo "pendejo" de los "porteños"del mundo que se creen los indispensables. También, retrataste de forma poética la nostalgia de esos "días pasados" que se fueron para no volver. Excelente y ameno tu escrito, el cual no sólo es vigente en tu amada patria, sino en el mundo entero. Un abrazo, Neco. SOFIAMA
 
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