No sé si es la brisa que recorre el planeta o la energía la cual la acompaña, culpo a los cuatro días, las aproximadamente cien horas transcurridas entre la última mirada, me declaro adicto pues simplemente mi alma camina pálida entre las multitudes de almas perdidas, distraídas por los anuncios de televisión y las muchas luces acompañada de música banal, sufro de síndrome de abstinencia incluso creo que tendré que buscar un wonderwall donde empezar a escribir mis deseos después de que alguien se le ocurra cortarme mi suministro de cariño, y terminaré en el suelo con los ojos desorientados buscando, buscándote entre las páginas entre las caras que me ignoraran por adicto, por aceptar mi necesidad ante el mundo, ante ti, pequeña ya no eres mortal existes entre mi imaginación y mi realidad, eres mi esquizofrenia, perdóname encarcelarte en ese limbo, es egoísta lo sé, lo acepto pero simplemente no soy capaz de compartir, de regalarle a los demás de lo que no me corresponde, me tomo el atrevimiento de tomarlo todo y volverme adicto.