Estamos todos, los de siempre, nos sentimos en familia, protegidos, podemos hacer cualquier cosa.
Alguno quiere más a algún otro, y algún otro quiere más otro. No hay un “Yo” sin los “Otros”.

Estamos porque hemos hecho participe a nuestro “yo” en ese lío de almas. Algunas puras y otras sabias. También alguna contaminada.

Cada uno mira en una dirección pero sólo andamos un camino, cada uno el suyo. No son paralelos, a veces sí, pero normalmente son segmentos de la línea.

Medimos nuestro tiempo en cervezas o copas de vino, estamos en el mismo punto, compartimos penas y alegrías, alguna vez otorgamos espacio al mal humor pero afortunadamente son pocas las veces.

Somos capaces de desnudarnos delante del resto porque no escondemos nada, somos tal y como mostramos. Eso es lo más bonito. El resto sobra, como sobran los suspiros que nos ahogan en lo más profundo del sin sentido que a veces alcanzamos.

siempre estamos desnudos aún estando bien abrigados….