Era el mismo lugar, eso lo sabía... ese inmenso patio, con ruedas enormes, con juegos que parecían gigantescos... Un tobogán que parecía la montaña más alta del universo... un arenero que parecía un desierto del cual se podía salir con sólo saltar... Esas baldosas que se cruzaban con cinco o seis pasos, ahora solamente ocupaban un pie... Ahí entendí esa frase tan bonita... "al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver..." Pero volví sin querer, o al menos sin querer conscientemente... Volví y ahí estaba, era sólo un patio pequeño, con algún que otro juego, no ocupaba más que dos o tres metros... El inmenso, gigantesco que tenía en mis pensamientos y en mis recuerdos, ahora se transitaba en sólo diez pasos... y eso mató mi recuerdo...