Nunca me sentí más fuera de este mundo.
He sentido cómo me ahogaba en el metro, como me ahogaba en el autobús, como me ahogaba en la calle, en mi cuerpo…

Me he sentido invisible entre la gente, porque yo no pertenezco a este mundo, porque mi ser ha invadido este cuerpo tan sólo para pasar inadvertida.

Y he sentido miedo, un miedo diferente, un miedo que me envuelve, que me llama, que me mira fijamente y me transmite una sensación aún más lejana a la locura.

He pasado toda mi vida buscando un lugar más grande, más lleno de luz… donde las miradas apagadas pudieran sentirse humanas, donde la vida no fuera sucesora del dolor, donde existiera la magia, la realidad no inventada para poder subsistir.

Pero no encuentro mi lugar.

Yo no puedo detenerme, no puedo resignarme a vivir la vida de manera mecánica.

A veces, las calles se quedan pequeñas y me asfixio.
A veces, mi cuerpo me aprieta y no puedo extender mis alas.
A veces no entiendo por qué, ni cómo… y ello me dispersa.

De pronto llegas tú y me disparas de lleno.
Y me hablas de aquello que siempre anduvo quemando mi mente y me pones frente al espejo.

Me miro y no logro definirme, pero sí vislumbro mi debilidad. Me aferro a la fuerza que la experiencia tuvo el coraje de regalarme.

De pronto tiemblo y de pronto el ansia me ahoga.
Quiero correr sin rumbo, correr sin miedos, correr sin fuerzas… sin detenerme, sin control, sin límites, donde el corazón me lleve, donde mi espíritu siempre quiso llevarme.

Escapar de aquello que no es mío, que no me identifica, que no me deja respirar con la libertad que tanto ansían mis pulmones.

¿Quién eres tú?, ¿quién soy yo?

He pasado muchos años buscando los porqués y de pronto te miro y sé que tú los tienes, pero no puedes dármelos, no puedes ponerlos en mis manos porque entonces podría darme cuenta de que yo… yo no pertenezco a este mundo.

**Texto tomado de Internet**
~Merche GP~

Lo lei y te lo dedico Mi Maestrita ;)