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ANTES DEL AMANECER

Los zombis, las mutilaciones, la sangre, todo eso hacía que Nicolás no despegara la mirada del gigantesco televisor que tenía adornando la sala que estaba en el primer piso, ya que en la pantalla se podía apreciar a los zombis ingresando a un supermercado y atemorizando a los pobres empleados que en lo único que pensaban era en esconderse debajo de las mesas, y ver que unos pobres policías llegaban y disparaban de manera absurda para matar a los muertos, imagínense, que para matar a los muertos, pero bueno, no se deben culpar porque fue lo único que pudieron hacer, sin embargo cuando un zombi salió del supermercado, los policías pudieron ver que en una de sus manos llevaba la cabeza de una empleada, entonces…
-¿Qué te pasa hijo?, a dormir, ¿no ves que ya son las tres de la mañana?
-Madre, déjame ver la película, ¿no ves que está buena?
-No me importa, vete a dormir.
-Bueno madre, ya me voy a dormir.
Pero Nicolás siguió viendo las escenas, siguió viendo el suspenso, siguió viendo la trama, siguió viendo que entonces los policías comenzaron a buscar a su jefe para preguntarle que qué debían hacer, y cuando lo vieron con la frente recostada sobre una de las paredes de un edificio que estaba cerca, se acercaron y comenzaron a preguntarle lo que le iban a preguntar, entonces éste al escucharlo volteó su rostro y los policías pudieron ver que ese ya no era su jefe, que ese era ahora un zombi con un traje de policía puesto, y sin más espera comenzaron a correr hasta sus carros y allí subieron los vidrios de las ventanas y cerraron con seguro, pero cuando el que iba a manejar estaba a punto de arrancar, a través delos espejos retrovisores pudo ver cómo los zombis comenzaron a balancear el auto, ya que entre todos empezaron a tratar de voltear el carro, pero cuando al conductor se le ocurrió la idea de encender la sirena, todos los zombis comenzaron a soltar el auto para taparse los oídos y arrancar a correr, pero la consecuencia inmediata fue que se dirigieron en gallada hasta el centro de la ciudad, el cual es muy poblado de casas, entonces, los policías aturdidos, comenzaron a informarle eso a las demás autoridades, por eso en la estación de bomberos, uno de éstos, que estaba recostado sobre el volante y con el radio encendido escuchó a través de la emisora las siguientes frases: “los zombis se acercan al centro de la ciudad, cierren bien las puertas de sus casas y echen todo el seguro que puedan”

-¿Los zombis se acercan al centro de la ciudad?, qué película tan buena – murmuró Nicolás.
- ¡que apague ese maldito televisor que ya está tarde!- dijo la madre.
-Sí, sí, sí, ya lo apago, espere que ya se va a acabar.
-Más le vale.
- ¡Madre!, ¡madre!, venga, mire en el televisor la casa de don Alfredo.
- Qué, esa no es.
-Sí, mírela bien.
- Ay sí, y la casa de don Alfredo qué hace en una película.
-No sé.
-Oiga, pero está como buena la película, voy a verme el final.

El bombero se bajó del carro y se fue inmediatamente a la cafetería de la empresa y comenzó a decirle a los demás “oigan, esas emisoras ya no hallan qué inventar, ¿saben qué dijeron?, que disque unos zombis van para el centro de la ciudad, jajaja…”, uno de los bomberos que estaba disfrutando del encantador café comenzó a abrir la boca sorprendidamente, “qué sucede Rodolfo”, empero cuando los hombres vieron que éste no respondía, todos voltearon la mirada hacia donde Rodolfo estaba observando, y vieron que en la pantalla del televisor que los asquerosos zombis estaban arrancándole las cabezas a todos los que se asomaran, y, en ese mismo instante, sonó el celular del conductor del carro de bomberos, entonces los demás comenzaron a tratar de escuchar la conversación, empero lo único que lograban detectar eran las palabras “sí, sí”, entonces, cuando el bombero oprimió el botón para colgar hubo un tremendo suspenso y él mismo lo rompió diciendo “tenemos que ir al centro de la ciudad, hay una rebelión de zombis”, los de mas bomberos no dejaron que Armando terminara aquella frase, sino que la interrumpieron diciendo “ ¡qué!”, entonces con miedo se subieron al carro de bomberos y lentamente el móvil se fue alejando de la estación.
Volviendo con la escena de los zombis, estos estaban transformando en zombis a todos los ciudadanos que estaban por ahí a esa hora, entonces …

-¿Qué fue eso?- preguntó la madre.
-Qué.
-¿No escuchó el sonido de un carro de bomberos?
-Sí, pero tranquila madre que sólo fue una coincidencia.
-¿seguro?
-Sí, seguro.

Siguiendo con la película, los zombis comenzaron a romper las cerraduras para ingresar a las casas y así matar a los seres vivos para convertirlos en zombis.

-Nicolás, mire, alguien está tratando de abrir nuestra puerta, mire la chapa, escuche que golpean- dijo la madre mientras dejaba de mirar al televisor.
-Sí, ve y abre para ver quién es.
-Cómo que ve y abre, ¿no ve que puede ser un zombi?
-Cómo va a ser un zombi, ¿no ve que puede ser don Alfredo?, de pronto su esposa lo dejo otra vez fuera de la casa, abrámosle al pobre.
-Nicolás, no abras todavía, espere traigo la escopeta por si algo, ¿bueno?
-Bueno, ve y tráela porque quién te aguanta.

La chapa no paraba de moverse y el “pum pum” era ya desesperante.

-¡Nicolás!, ¡Nicolás!, suba, venga rápido- dijo la madre desde el último escalón.
-¿Qué ocurre?
-Suba, suba.

Nicolás subió apuradamente y, al acercarse a su madre, ésta lo tomó de un brazo y lo llevó a una habitación que estaba en el segundo piso, y allí se asomaron a la ventana y vieron que el que golpeaba a la puerta tenía un enorme sombrero negro y que estaba que se caía.

-Sí ve que es un zombi –dijo la madre,
Parece, sí madre, parece.
-Voy a disparar.
-¡No!
-Aaaa… - se escuchó el grito del hombre.

Nicolás y su madre se asustaron tanto que fueron incapaces de salir, entonces Nicolás apagó el televisor y, al igual que su madre, se dirigió a la habitación, y, una vez allí adentro, le marcaron al celular de don Alfredo para avisarle que no fuera a abrir la puerta cuando golpearan porque habían zombis, pero de inmediato se escuchó que el tono del celular de don Alfredo comenzó a ingresar debajo de la puerta externa de la casa, entonces Nicolás y su madre se miraron mutuamente y gritaron “aaa….” Porque lo habían matado.

Texto agregado el 05-01-2013, y leído por 137 visitantes. (2 votos)


Lectores Opinan
06-01-2013 Creo que le falta mucho en muchos niveles. Hay errores de ortografía, gramática, redacción, puntuación, etc. Además, la trama es demasiado previsible. Te sugiero leer Continuidad de los Parques, de Cortázar, es la misma idea. Lo puedes encontrar aquí: http://www.literatura.org/Cortazar/Continuidad.html Ulises_Lima
05-01-2013 Y bueno... un accidente, qué le vamos a hacer. Pero me quedo pensando, siguiendo con el razonamiento, que, ciertamente, es absurdo matar a un muerto, algo así como resucitar a uno que está vivo. melisacampos
 
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