Mientras me recuesto para soportar el calor, las notas de la música invaden mis oídos.
El tiempo sigue su curso, el bit de las notas prosigue, en cuartos, medios, enteros…
Música eso es una nota dulce un suspiro largo, una mirada intrínseca, una sonrisa al aire, tanto que pensar. El calor solo me permite filosofar, mientras estoy recostado abatido por el calor, escucho la radio y las voces secas y cortantes de mis vecinos, en tanto que yo sigo pensando en música, ¡oh la bella vida! Y la tarea de música; pa pa paaaaaa paa pa pa, y así continuo con la presión en la garganta de un llanto amargo y añejo, música es lo único que tengo y que me hace feliz.
Cierro los ojos y veo una luz de esperanza, mientras mi imaginación vuela entre notas musicales, cada ruido cada cosa hace en mi mente un tiempo un solfeo musical.
El calor ofusca mi razón, mi respiración disminuye, y la sed aumenta, mis manos inquietas suplican tocar el practicador el chanter. Un throw on D.
Escuchando a todos hablar, ni n momento se detienen, me incorporo y al caminar pa paaa pa, un tiempo, mas música.
Esa extraña sensación en la que le corazón late en una sintonía, una ansiedad me invade mi alma invoca mas música, producir música con un sublime instrumento. Esto para mi es un instante de paz solo yo y mi música.
Toco mi chanter práctico hasta que mis labios ya no pueden soplar más aire.
Caigo rendido en la cama en un sueño profundo, Morfeo me llama al mundo de lo onírico en donde la música más bella surge.