En esos momentos en que alejas al mundo,
y, plegada sobre ti misma, abrazas a tu cuerpo,
ardida en deseos de apreciarte mujer nuevamente,
reservado, me filtro como el viento en las hojas,
allegándome a ti, anónimo, en lujuria de letras.
Soy solamente palabras para tus crepúsculos,
desahogo, que se concilia tibio, con tus pétalos,
para buscarse, amalgamando incompletos roces.
Promesante de maduros amores, peregrino
tus vertientes en aires de arrullos para ti escritos,
sorteo curvas de ausencias, que punzan la piel,
y en la maraña de una travesía infinita, me llego
en un pedacito de mí, queriendo ser ternura,
sentimientos, inspiración, regocijo, fiesta y sal.