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LA VENUS DE JIPIRO, EN CALZONARIO
Esta historia ocurrió, tal cual hoy la cuento, no le quito ni le pongo nada. ¡Pues, no hay para qué!
Sucedió en la muy noble y muy leal, en la culta, doblemente universitaria y musical ciudad de Loja. En tiempos no muy lejanos cuando el Concejo Cantonal de Loja tenía su Tribunal de Censura que estaba encargado de ponerle la cereza al postre, en lo que se refiere a decir la última palabra en los espectáculos públicos y cuidar de las buenas costumbres y moral de los vecinos.
-Esto es bueno, o esto es malo; sí se puede, o no se puede; por aquí sí, por acá no; hasta aquí sí, hasta allá no…
El tema que esta vez iba a tratarse en la sesión convocada por el Ilustre Concejo Cantonal fue calificado y considerado como “Muy importante” y por eso fue puesto primero en el orden del día.
Arrebatando la palabra, así: literalmente, antes de que se la concedan, el ciudadano concejal soltó a viva voz, su dichosa moralina-cantaleta.
-Señores…urge determinar en qué mismo consiste la verdadera decencia en Loja. Decencia: una de esas palabras con las que hoy en día, todo el mundo hace gárgaras. Solo hay una definición posible…
Y antes de que el ilustre suelte lo demás de su discurso, la sala se llenó de carraspeos de garganta, oportunos accesos de tos, sonrojo e incomodidad generalizados... Por lo visto, los demás honorables algo sabían, o intuían lo peliagudo y espinoso del tema que se iba a tratar.
Metiendo aire, sacando y resoplando por la emoción de ser el pionero, el que pone el tema en la mesa de discusión, y quizá así ganarse unos votos a favor en las próximas elecciones, continuó el honorable que, a cuenta propia, estaba en uso de la palabra.
- … Decía que la única, la propia decencia está herida al exhibirse sin ningún pudor ni escrúpulo, sin recato alguno y a los cuatro vientos, las partes pudendas o vergonzosas de una estatua que se ha colocado en la laguna de Jipiro; un mal ejemplo para los niños, una falta de respeto a la inocencia y decencia de las damas lojanas: en fin, un despropósito sin precedentes para la moral y las buenas costumbres de nuestra culta ciudad.
¿A qué se refería el furibundo concejal?
Nada más ni nada menos que a una esbelta y bella figura femenina de nutridos atributos, y que estaba desnuda, a la manera de estatuas griegas; una réplica de la Venus de Milo había sido colocada en el centro de la laguna de Jipiro, había sido donada por un inmigrante Italiano que vivió algún tiempo en Loja.
Discursos iban, discursos venían, cada vez más y más vehementes y calientes, en contra de la obscena chiquilla de piedra, que de pie y con los brazos en alto se exhibía como Dios la botó al mundo, es decir, completamente viringa. Por ese motivo todos los discursos de esa memorable sesión habían apuntado a desenmascarar la ignominia de la impúdica Venus de Jipiro.
Dejando aparte los escrúpulos propios de una dama de sociedad, y sin poder evitar el rubor de sus mejillas, la distinguida matrona, benemérita y fufurufa dama, celadora de la moral pública, de quien omito el nombre por tener malísima memoria y no recordarlo, se puso en pie pidiendo la palabra y con aire de profunda reflexión, ilustró a los presentes una inteligentísima solución cosmética al problema que turbaba desde hace ya algunos días la vida de nuestra ciudad de recato y buenos modales.
-Les propongo, dijo con aire de excelsitud e inocencia, poner una discreta faldita y un calzonario a esa estatua que exhibe sus partes íntimas sin la más mínima vergüenza.
Solo de decir esto con tanta enjundia, todos quienes estaban en la sala de sesiones del I. Concejo Cantonal estallaron en aplausos y felicitaciones… ¡Aprobado por unanimidad, y no se diga más!
Al otro día, y a medio día, en las noticias de Radio Centinela del Sur, Adriano López Mejía nos enteraba de la resolución, que nos causó un espasmo estomacal que nos condujo de emergencia al inodoro. A nuestro retorno supimos que la Venus de Jipiro ya lucía falda y calzonario.




Zoila Isabel Loyola Román
zloyola@utpl.edu.ec


Loja Ecuador 10 de marzo de 2013

Texto agregado el 20-03-2013, y leído por 246 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
27-03-2013 Posiblemente peco de crédulo, pero se me hace muy verosímil...es increíble pero esto todavía sucede. Buen relato felipeargenti
20-03-2013 JAJAJAJAJA me he reído mucho con tu historia. Está muy bien redactada, lo cual hace muy agradable su lectura. Te felicito por tu talento literario. campana
 
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