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El huaso Raymundo y su ahijado Emeterio

Inscripciones, y casamiento civil

Luego, en casa de Emeterio se hizo la noche y con ella había que regresar, los hijos mayores fueron a buscar los bueyes y los ataron a la carreta, Raymundo y su gente iban alegres, su amigo, su mujer y los hijos grandes estaban contentos, conocían al Raymundo y era de buena ley, por lo que Emeterio estaría bien cuidado, la razón, en esos campos y otros de este país, fungir de padrino es responsabilidad grande, los ahijados pasan a tener algo así como segundos hijos, se preocuparán de ellos, pero, también con los mismos derechos que los padres a poner atajos a las escapadas, que, lógicamente cada uno de nosotros realiza, si a los padres les falta algo, es probable que el padrino trate de ayudar, el Emeterio, lógicamente a su edad, no sabía el lío en que lo estaban metiendo al ser ahijado de la ña Rosa y del Raymundo, él se sentía bien con ellos, es más, miraba y miraba al Rey y aprendía de él, si iba a caballo, se sentaba en el anca derechito como su padrino, en las tardes se iba al cerro y ahí mismito en donde veía a Rey, mirar el mar, ahí mismito se sentaba sin hacer nada y miraba al mar y luego la tierra, y así creció, a ras de suelo, amando la tierra, pero, para eso aun falta.
La fecha de bautizos colectivos estaba prevista, una semana después que el juez civil inscribiera, tramite era un espectáculo digno de que lo que en los setenta llegaría bellamente ilustrado por García Márquez, su realismo mágico, lo normal es que, a más de uno/a el Juez, cambe el nombre dado por los padres de esos niños, lo normal, que vayan a llevar el nombre de los padres abuelos o tatarabuelos, los que por ser antiguos en muchas ocasiones producen la risa de los amigos en las escuelas u otros centros, así qué, el Juez, hombre sencillo, conocedor del campo parece nacido en alguna aldea rural de este sur, de gran humanidad, lo que menos gusta es ofender a los ciudadanos de su jurisdicción, así que, esta cosa de inscribir cabros chicos era una ceremonia que no había que perderse, el día llegó, el Juez se instaló en una gran sala facilitada por la doña y comenzaron a llegar padres, madres y niños ya que la cosa era de cuerpo presente, también los que acompañan a los padres, el Juez decía que no podía inscribir en el Registro a quien no él viese él, algunos padres juntaban una recachá de hijos para inscribir, más de uno llegaba con 4 o 5. La mesa, larga, un mantel de color verde, atrás, el juez y su secretario, todos los huasos de por allí lo conocían, alguna vez habían llegado a su sala en el tribunal, sea por que iban a ver algún litigio, o por que en alguna ida al pueblo habianse metido en peleas de borrachos y al día siguiente de dormir en el cuartel, se los llevaban al juez, colocaba multas que sabia no tenían para pagar, por ello muchos eran castigados trabajos en la ciudad, los mas antiguos. ya habían pasado alguna vez por la ceremonia de inscripción, los padres seriecitos.
Empezaba el rito, ¿Quién llegó primero?, pregunta el secretario con voz de autoridad, “la pepa con el Vite, pasen niños”, ¿Cuántos traen ahora, la vez pasada inscribieron tres?
 Dos señor, dice ño Viterbo.
 Traen la libreta, ya saben que deben traerla
 Acá está, la entrega ño Vite.
 ¿El mayor cuál es?
Aparece un niño de unos 5 añitos.
 ¿Cuándo Nació?
 Tres de mayo del año que se rebalsó el tranque,
 ¿Están seguros? -- si señor-- ¿Cómo se llamará?; Eulalio del Carmelo… ¿Qué? ¿Oí mal? ¿Eulalio?. Sí señor dice la mujer.
 ¿Está castigado este niño? que le quieren colocar ese nombre, los amigos de este niño se reirán de este pobre hombre chico.
 No puede ser, a ver secretario, ¿de que tiene cara este mocoso?... pelo tieso y negro, bonitos ojos, buen porte señor. Dice el secre ¿déjeme ver? Se parece a un cantante mexicano que hubo hace tiempo… ¿A Jorge Negrete me quiere decir usted? … el mismo Usía.
 Mira niño, a partir de ahora te vas a llamar Jorge del Carmen, te voy a dejar el del Carmen, así que… Anote secretario en el Libro de Nacidos y en la Libreta de Familia de estos dos; el nombre del niño.
 Raymundo, ¿a quien me traes?, Juez, traigo a la menor, la Flor del Rocío, ¿Cuándo nació?, Raymundo le dice la fecha y le inscriben la niña.
 ¿Me imagino que el Eleuterio viene junto a vos Raymundo? Si señor, ya sabe casi siempre andamos cerca. ¿Me dicen que va a ser compadres? Si señor (dice el mismo Raymundo) me alegro niños, los conozco de hace años así que se serán buenos compadres, y buenos pa tomar los dos, eso lo se, si juntitos los he tenido barriendo las calles cuando se pelean por allá en el pueblo.
 Eleuterio Y Luisa vengan pa´ca… ¿Cuántos traen ahora? Tres señor… ¿Solo tres? Si señor. (la Luisa un poco azorochada responde) Eleuterio… Cuando en las noches tengas mucho calor, sale al patio para que se te pase (jajajajajaja, la risa es de todos los presentes) vayan a verme en la semana entrante niños, ya hable con la doña y les dará permiso, en el juzgado va a haber un doctor con el que conversé para que le explique que pueden hacer para no tener tanto hijo y no son solo ustedes dos.
 Niños (dice el juez) la verdad que se han reído con la broma al Eleuterio, pero, lo mismo va pa toitos ustedes, así que los que tengan mas de 5 chiquillos van a ir cuando les diga el secretario, que no falte ninguno que a la segunda los mando buscar con “la comisión”. La dueña y el monsiu (como le llaman ustedes) saben, y no les estoy pidiendo un favor, así que van. ¿Quedó claro?
 Si señor. (Responden todos)
 Pasa un par de horas y termina la inscripción en el libro del Registro Civil, al término, el Juez les habla…
 Y en esa ocasión, tampoco hubieron ni Rosalindos, ni Leogilda o Leocadias, Tiburcios u otros nombres casi coloniales.
 Niños, en ningún momento he querido ofenderlos, no mucho menos, pero, a los que les cambié el nombre que ustedes habían pensado, sea por que así se llaman los padres o los abuelos o los bisabuelos, la verdad es qué cuando vayan al colegio a estudiar o más adelante a trabajar, se van a reír de ellos, les colocarán sobrenombres feos, y estas criaturas, mas que estimar el nombre que les dieron, les van a reclamar a ustedes y podrán cambiárselo, por que les baja el amor propio, por eso lo hago, y lo del doctor para las mujeres. Hay organismos de los gobiernos que ayudan a que no tengan muchos hijos, cuesta alimentarlos, no es fácil y para ustedes, menos aún, allí los doctores y enfermeras les dirán ustedes lo que pueden hacer y les recomiendo que hagan caso, ustedes saben que siempre que vengo les digo hartas bromas, me conocen, llevo años por acá, a nosotros nos gusta venir por estos campos de buena gente, todos se sacan la ñoña trabajando, así qué, una sonrisa nos cae a todos bien.
 Si no queda ningún chiquillo por inscribir, cerramos el libro, nosotros nos vamos a almorzar con la doña, que nos invitó y no podemos despreciarlo y a la tarde como a las seis, vamos a casar a algunos que no lo están, la próxima semana o la subsiguiente viene el cura a bautizar y casar, y eso, será solo para los que quieran, lo que sirve es este libro nada más, los que quieran estar bien con Dios vienen, se casan o bautizan. Así que cerramos el libro y nos vamos, y pa la noche traigan guitarra y acordeón que nos quedaremos hasta mañana.
 El Juez llama Raymundo y Eleuterio, les pide que se hagan cargo del asado, los animales están ya muertos, que preparen fuego y los asen a la parrilla o al palo, así que ambos, hacen lo necesario para el evento, buen fuego de carbón y troncos secos, los fierros para colocar las mitades de cordero están limpios ya, la parrilla también, así qué, en la parrilla se cocinarán las asaduras o interiores. Observan el viento y clavan los fierros en la tierra para que el calor les de lentamente para que al término de la ceremonia estén listos y que se termine luego la comida ya que ambos (Eleuterio y Raymundo) tan con sed y ganas de fiestear
Una buena siesta durmieron ambos funcionarios del municipio, y cuando se iniciaba la oración, se fueron acercando al lugar para los casorios, iban a ser solo dos, se detuvieron en lo alto de la casa patronal y quedaron embebidos con el paisaje, el mar se mostraba agitado, hasta la colina en donde observaban llegaba el ruido del océano, se veían algo grises las olas, en un instante pasaron algunas aves qué los reversaron al mundo de los vivos, unos pavos reales, un par de gallinetas, más de un faisán y dos ñandúes que habían sido comprados en la Patagonia, se despabilaron y caminaron a la casa para la ceremonia.
La doña había viajado a la capital luego del almuerzo, no estaría en el casamiento de un par de inquilinos de su fundo, lo que le impondría llevarles un regalo mas valioso que el juego de vajilla de loza que les dejó a cada pareja. La verdad, ella no era aficionada a gastar mucho en sus trabajadores por que, (según explicaba convencida) el darles trabajo ya era para que se lo agradeciesen. Si, la patrona les regaló también 5 corderos y unos chicos de tinto y del otro para celebrar la boda civil.
Ño Ignacio (llama Rey al trabajador de la casa) ¿Qué será Ray?
Niño, ¿Y si falta guitarra que hacemos?, No se poh,
Mira, mi compadre y yo, vamos a cantar a dos bocas, así qué, busque una tabla, póngale clavos arriba y abajo, les tira unas cuerdas de alambre, dos botellas vacías y listo el Charrango. Ah, y no te olvidís de buscar una argolla grande y le enrollay alambre pá que mi compadre pueda charranguear, ¿tu sabís hacerlo o no?
Si poh ño Raymundo, lo hago ligerito.




Glosario.-

Ña Doña
Recachá.- Remucho
Azorochada- Calor
Chiquillo o cabro chico.- niño
La comisión- pareja de policías uniformados, o carabineros, o pacos
Ñoña.- caerse, darse un golpe de padre y señor mío, o equivocarse

Texto agregado el 12-08-2004, y leído por 674 visitantes. (10 votos)


Lectores Opinan
08-01-2007 Mis estrellas, voy avanzando. pantera1
08-08-2006 Tantas cosas bellas en el último país de la tierra. Esos campestres lugares con su folklore y su gente. Tantos hombres y mujeres que ha dado ese Chile tan querido, amado por nosotros los que leimos de ellos y, sentimos sus desapariciones. Su aporte a los intelectuales del mundo, sus obras, estarán siempre vivas en cada uno de nosotros. Un gran abrazo. Millones de estrellas. bohemio5
26-05-2006 Me trae nostalgias de lo que no he vivido, entre pequeños fragmentos que asemejan vivencias. ***** SorGalim
22-07-2005 Cuántas verdades relatas en este capítulo, pero lo del charrango es de apología. Mis *s. tronador_68
05-12-2004 Toda la narración sigue con su ritmo y su esencia, el asunto de los nombre, ¡ cuánta verdad y certeza tuvo la palabra del juez, hay nombres que francamente llegan a ser una tortura para los niños que los llevan, en toda su trayectoria en la escuela y en vida, las ceremonias civiles de inscipciones de nacimiento y matrimonio, siempre conllevan a una gran celebración, porque no es lo cotidiano, hay que esperar su tiempo y la llegada de la comisión. Buenísimo, como todo lo que he leído hasta ahora. ***** alamohuacho
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