| Leven anclas.
 
 
 Lo conozco desde que tengo memoria
 Siempre me ayuda en momentos difíciles
 Es, sin duda, mi héroe…
 
 Cuando me llevó al lugar donde trabaja
 Me sorprendió aquello que pude ver,
 Difícil de describir,
 Es una alegría sin igual.
 
 No conocía su nombre,
 Lo observé de popa a proa,
 Inmóvil, majestuoso, enorme,
 Bello…
 
 Mis ojos se iluminaban
 Ante este coloso del mar,
 Mi boca abierta,
 Mi expresión de emoción.
 
 Aun no terminaba de admirar
 Aquella obra sublime,
 Cuando en un costado pude notar
 Escrito en tinta negra, el nombre de Ana…
 
 Aquel nombre era igual al de mi madre
 Mi padre la amaba mucho,
 Nunca la conocí
 Murió aquel día en que yo nací.
 
 Ahora comprendo aquella frase
 Que mi padre tanto hacía mención:
 “siempre puedo comparar la belleza de tu madre,
 con la brisa del mar”
 
 Y es que este escenario es indescriptible,
 Fabuloso, mágico…
 Cuando sea grande quiero ser como papá
 Un gran marinero.
 
 De pronto,
 Decenas y decenas, bien formados,
 Alineados, con sus trajes de marfil,
 Presentes todo ellos.
 
 A punto de partir,
 Abordamos el “Ana”
 Y al grito de ¡Leven anclas!
 Una aventura nos espera…
 
 
 
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