Llámame desde esa otra orilla. Llámame, búscame con tu voz desde ese otro
lado donde no miro, donde no quiero ver. Recítame sentencias incoherentes,
adviérteme de peligros insensatos. Róeme los huesos de ese otro cuerpo que
no utilizo y que me espera como refugio bajo las sombras. Despójame de todo
refugio. Hiéreme con lanzas de luz artificial, natural, de fuego y hielo.
Bésame las ánforas. Succióname la vid. Corroerme, sécame, aplástame con el
peso de lo que será, en-lo-que-será. Mírame con los ojos del viento,
muévete junto a mí con la sombra de los arboles inexistentes y sus
fruto-ideas. Corre a mis pies como el agua del deseo. Aprisióname entre
muros de humo denso. Densifícate. Densifícame. Estallemos bajo la cúpula
del amor.


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Ivan Gonzalez lauc