Medio hastío
floto sobre las hierbas,
y casi muerto me embadurno
en lo alto de la ciudad.
Donde todos buscan paz,
paz que se difumina
como las cenizas,
embarrando mi palidez post-almuerzo.
Surge el pensamiento
de entre mi carne,
ahora deseo una banca,
ahora deseo echarme en la misma a fumar.
Me preocupa la manera
en que las horas asedian
y el rubor explora
cada pisca de aire de esta.
Cerrare los ojos,
y me dejare llevar
con la nariz tupida
al borde de la hipotermia,
llego al asco de la ciudad.

Fernet,
hielos,
tabaco suelto,
un e-book en la Palm.

“Pequeños riesgos de la gran literatura contemporánea”
Roger Wolfe