"Ultimas preguntas"

Invadiendo tímidamente su mirada y
tomando con suavidad sus delicadas manos,
el joven preguntó a la bella dama

- ¿ Realmente no me quieres ?, te solicito
con el respeto que me inspira tu montaña y el
cariño que desprenden las flores de tu jardín,
aquí, mirándome a los ojos me respondas.

Luego preguntó una vez más:
- ¿ No pude en todo este tiempo
que ha pasado hacerme querer ? -

Por último el joven indagó:
- ¿ Cuál es el lugar que has dedicado para mí ? -

A partir de ese momento
soltó periódicamente la epidermis y
comenzó a producir otra nueva,
como lo hacen los gusanos de seda,
las serpientes y algunos otros animales.
Sus manos tomaron otra pluma,
escribieron otros versos,
y sus ojos mudaron hacia otros rostros,
hacia otras montañas, hacia otros jardines.