Mi pertenencia. 
  
En mi país… 
--Unos escribían, dentro de una cúpula virtual, con palabras muy pulcras y perfumadas, que aún, se conservan en su hielo… 
     ¡Sin sentir, el reír!, ¡ Y  sin sentir, el   llorar, dentro de  su cuna dorada! 
-- Otros al escribir, se arrodillaban hasta casi ahogarse, de tanta sangre que  fluía por sus venas ardiendo, al sentir el olor, de los billetes verdes. 
-- ¡Pero en mi pueblo!, los  que escriben las ideas, las fabrican con agujas de hilanderas, que veces tiemblan, en las manos de la indecisión salvadora, pero al final, corregen los errores dejados por "la justicia",  
        ¡Llegando hasta conseguir, la felicidad de todos!... 
 
    Al estar sentado, en una de las dos sillas, que se encontraban dentro de  mi  humilde rancho, empiezo asomar, a través de la luz de aquella lámpara, que lentamente iba dibujando en las sombras, parte de mi rostro y hombros, en unos papeles que tenía  sobre la mesa, aún en la  humedad de su tinta fresca.  
  
Los miró fijamente, y tomó una firme decisión,  ¡Prefiero quedarme!, 
 
 ¡Con "el tejido de  palabras", fabricadas por las manos de mi  pueblo!   
  
-- Aunque  se derrita todo el hielo, que conserva a las palabras  etiquetadas. 
-- Aunque se tiña con sangre, todo el dinero verde en el  mundo. 
 
                 ¡Seguirà  luchando, por ser libre!... 
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