Capítulo I
Dos mundos que son distintos.
El destino de cierta manera se vuelve terco con el tiempo, haciendo cosas que nunca pensaste, que nunca creerás.
El sol nace de las manos del Cristo Redentor en Rio de Janeiro avisando así que un nuevo día ha nacido; las personas en sus hogares despiertan, levantan su mirada y ven lo bello que les espera en aquel mundo externo; pero esto es totalmente indiferente para aquel joven que desde su cama se entristece por los rayos de luz que penetran su habitación. Sin remedio y obligado por su padre se levanta.
- Mauricio es hora de levantarse.
- No tengo ganas de ir al instituto.
- Levántate que tienes que desayunar.
Este se voltea rápidamente y con fuerza cierra la puerta de la habitación, Mauricio se levanta abre la ventana de su cuarto y ve como la gente camina rumbo a su pronto destino, ese que él no quiere seguir.
Se mete en la ducha, el agua comienza a caer, su cara hace una rara expresión, lo que cae es un tempano de hielo.
- Miguel, dios pasa la llave del agua caliente.
Del otro lado del apartamento Miguel su hermano menor comienza a reírse, ya que es la cuarta vez que lo hace; este, está sentado en la sala con su padre esperando como siempre por el para bajar a desayunar. Una vez listos salen del apartamento y se dirigen al Café y Bar Massape, entran por una de las tantas puertas que tiene, el cambio de temperatura es evidente entre ambos espacios, se sientan en la barra con el único objetivo de saciar sus estómagos vacíos.

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Gracias de ante mano...