Manuel Cereceda es un apasionado exfutbolista que ha hecho lo imposible para inculcar esta disciplina a sus descendientes, ha tenido éxito en dos de sus tres hijos, faltando sólo Romeo, un tranquilo adolescente introvertido y carismático.
El día de ayer, Manuel recibió una excelente noticia que lo mantuvo feliz durante todo el día; Romeo le comunicó que se incorporaría al equipo de fútbol de su escuela. Apenas supo esta noticia, corrió al centro comercial más cercano a comprar unos botines de última generación como regalo para su hijo, y de pasada se dirigió al bar donde se encuentran sus amigos para presumir sobre la dinastía de los Cerecedas, todos futbolistas de muy buen nivel.
El primer partido para Romeo quedó agendado para el Domingo, Manuel es amigo del técnico, por lo que la titularidad de su hijo es indiscutida. Es Sábado por la noche, Manuel y Romeo se encuentran acostados en sus respectivas habitaciones, ambos no pueden concebir el sueño por las expectativas del partido. Manuel espera ansiosamente que llegue la hora para ver vestido de futbolista a su hijo y observar su primer gol; mientras Romeo, espera vorazmente poder ingresar al camarín y por fin ver desnudarse a Marco, su eterno amor secreto.