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María salió de la cocina y vio parpadear la luz del patio. Miró a su costado y notó que en la pieza de Omar no había luz. Cruzó el patio dirigiéndose al jardín del fondo para traer la escalera del albañil, amigo de Omar, que le había prestado para terminar de pintar algo, hacia cinco años atrás.

Le costó llevarla, pero, pudo lograr ubicarla debajo del foco.

María se puso rabiosa cuando se dio cuenta que le habían caído unas gotitas de pintura fresca, de algún escalón, manchándole su vestido nuevo floreado. Entró a la cocina para agarrar una servilleta de papel. Trató que absorbiera las gotas de pintura que corrían con velocidad sobre el vestido. Gritaba de bronca maldiciendo a Omar por no encontrarse en ese momento y en ese lugar. Vio que era inútil y que necesitaba de algún solvente para sacarlo definitivamente o debería cambiarse de vestido. Lo único que se le había venido a la mente y que tenía a mano, era el quita esmalte; pero, no quería gastarlo todo por si tenía que pintarse las uñas de otro color que combinara con lo que iba a ponerse.

Volvió al patio. Encontró el interruptor y lo apagó. Subió como pudo la escalera y se astilló las manos cinco veces. En el mismo momento en que estaba por girar la lamparita de setenta y cinco wat; observó que de un lado de la escalera tenía suelto el cordón que sujetaba ambos laterales. Subió un par de escalones tratando de no tambalearse mucho mientras murmuraba entre dientes: maldita sea la reunión de vagos en ese barsucho de la esquina. Lástima que no le paga las apuestas que pierde ese piojoso de Jacinto.

En eso llega Omar exclamando lo delicioso que olía la comida mencionando cada uno de los ingredientes con un fingido acento francés.

A María le molestaba que tratara de pronunciar las palabras gangoseando y le irritaba más que llegara justo en el momento en donde ella estaba haciendo el trabajo que él debería haber hecho hacía más de una semana atrás y ni pensar en lo que tenía que haber pintado hacia cinco años atrás.

María explotó de rabia cuando lo vio dirigirse a la cocina con intenciones de abrir el horno y le dijo de todo, desde que ¡Sos un vago que nunca hacia nada por mantener la casa! ¡Te tengo que andar rogando para que realices una simple cosa como cambiar una lamparita que parpadea! ¿¡Y por qué lo tengo que hacer yo!? ¡Por que el señorito le pesa!

Omar frunció la ceja y empezaba a molestarse. No quería oírla más hablar de él así. Levantó pecho, la vio de abajo hacia arriba sobre la escalera con ese vestido estampado con tres flores gigantescas que le quedaban horrible, de ojotas con las uñas de los pies esculpidas como garras, al igual, que las uñas de las manos que terminando en puntas afiladas, por agarrar, el foco e imaginando que aprieta el interruptor explota la lamparita y con el filamento se electrocuta gritándole:

- ¡Hace algo útil y saca las papas rellenas del fuego querés! A ver si para eso servís por lo menos.

Omar entró en la cocina, vio que salía un leve humo del horno. Se quedó parado pensando: “Ma, si, que arda y se queme todo de una vez”. María lo vio justo con intenciones de hacer nada al respecto y lo apuraba aún más.

Omar abrió el horno; el humo le entró a los ojos y se quemó las manos aun teniendo el repasador. Tiró la asadera al piso y las papas tiernas por dentro y negras por fuera se desparramaron por toda la cocina.

-¡Pero ves que no haces nada bien! ¡Decime! ¿Qué le vamos a dar a tu prejuiciosa familia, las papas del piso? ¿¡Eh!?- le dijo María con los ojos desorbitados.

Omar vio un tenedor en la mesa de mármol. Lo agarró con furia y se fue derecho a donde estaba María. La vio sujetándose débilmente de la escalera. María fijó la mirada en el tenedor. Se bajó despacio con la cabeza en alto y sin dar importancia a la cara de Omar que la veía como para comerla cruda, le dijo: es mejor que les propongas a todos de comer afuera o en la pizzería de Jacinto que te debe mucha plata. Porque hoy no cocino nada y se fue chancleteando para encerrarse en el cuarto con llave y cerrojo.

Texto agregado el 15-07-2013, y leído por 59 visitantes. (0 votos)


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