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LAS DOCE LUNAS
Capítulo primero

ENERO
Todo marchaba bien, simón y Lucas en la preparatoria, Fank con su carrera de corredor de bolsa, mejor que nunca, y a mí en la gerencia del banco mundial, me vitoreaban igual que a una reina. Eran los primeros días del nuevo año, los festejos fueron por lo alto, Frank gasto bastante dinero en presentes de navidad y en las decoraciones para nuestra inmensa casa de cuatro pisos.
El invierno era fuerte, nueva York estaba muy fría. Parecía como si la calefacción de mi auto, no sirviera. Pero aun así congelando mis dientes lograba llegar a mi trabajo, en pleno Manhattan.

Muy buenos días señora Daiana, eran las mismas palabras de cada mañana, del señor irlandés Wilfred, vigilante en la puerta del aparcamiento. Al entrar en mi oficina montañas de documentos esperando por mi ojeada, y mi firma, también repetían la misma frase del irlandés pero, en un silencio lapidante.

Sherry Whitman, una hermosa joven rubia perfecta, casi modelo, que me hacia recoger mi abdomen y corregir mi postura, me esperaba, con un delicioso café. Shirley Whitman la mujer más deseada del banco, "besaba" mis tacones de tres mil dólares, era mi sombra, mi pecado y mi salvavidas. Jamás pensé a una nena de Harvard como asistente, pero debajo de su apariencia de mujer hueca, se escondía, sin duda, quien sería mi remplazo, y solo en mi estaría el día en el que esa lúgubre momento se tornaría en realidad.


Llegue a mi casa otro días más, y conmigo llego mi cuarta semana, esa semana de sangre dolorosa, donde el color rojo y todos sus derivados flanqueaba mi ser, pero bueno, soy hija de Eva debo cumplir con mi deber. Eso si siempre con tampones, las toallas me parecen banderas de guerra y de guerras solo pretendo saber si son en la cama con mi marido, con unos escoses en la cabeza. Además los tampones me recordaban en medio de el suplico mensual, mi condición profunda de mujer y eso me encantaba. Pero mi humanidad no importaba a Frank, el siempre quería de mi, claro en esos días siempre fue imposible.

Era diez de enero, la nieve baila en nuestras ventanas, esa noche celebraría con mi esposo, nuestra segunda década juntos. Compre un vestido carísimo, un collar de diez mil dólares, unos zapatos de en sueño, esperando a el señor More. Esa noche iríamos a uno de los mejores restaurante de toda la ciudad. la niñera costarricense había llegado media hora antes mejor aun, los niños jugaban con su consola como siempre cerca a la chimenea, sería una gran velada.

Pero Frank no llego, a la hora pactada algo extraño debió ocurrirle, lo llame a su móvil, pero no contesto, llame a su trabajo y su asistente personal quien me contesto, en vez de Frank, me dio las buenas noches y me dijo: -- el señor More está en una importante reunión por tal razón no ha podido marcharse-- esas palabras me dejaron desconcertada, Frank jamás incumplía nuestras citas y muchos menos esa noche. De inmediato creí, las palabras de James, su hombre de confianza.

A las dos de la mañana llego mi esposo, apestando a escoses, nunca lo había visto así. Después de un beso sin sentido y de quitarse los zapatos y escupir la corbata, se durmió, esa había sido todo nuestra vela de aniversario.

Mas invierno broto en enero, pero más frío había en mi corazón, Frank duro diez días pidiéndome perdón de mil maneras por lo ocurrido, con joyas, carros, proponiendome viajes, salidas a comer, pero nada funciono. Hasta que broto su llanto en medio de una cena con los niños, hay lo perdone sus lagrimas lavaron mi dolor, le creí. le creí que le toco tomarse algunas copas con sus jefes y unos nuevos inversionistas, le creí todo eso y mucho mas, que no vine contar ahora, pero que en su momento compartiré contigo.

así somos las mujeres perdonamos sin razón, somos esclavas de nuestro príncipe azul cuando este llega, los ponemos a ellos por encima de nosotros, hablamos de liberación femenina, pero esas palabras se pierden entre orgasmos boca abajo.

Regrese mi cabeza a el trabajo, concentre mis ojos en las hipotecas que mister Mcfly tanto me pidió, era un trabajo sucio pero alguien debía hacerlo, a quien si le encantaba quitar casas era a la niña de Harvard...

ESPERE TE ENGANCHES COMO MI NUEVO CUENTO. PARA PODER MONTRAR MAS CAPITULOS.
SAYCO ACINPRO

Texto agregado el 23-08-2013, y leído por 139 visitantes. (0 votos)


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