Vaivén que se repite,
una y otra vez.
De un modo cíclico,
me dejo atrapar por su cadencia.
Hipnotizado.
Alejándome de mi equilibrio,
distanciándome
de la compostura habitual.

Te haces melodía embriagadora,
capaz de atrapar
y mover mis pies,
a un ritmo que no tiene sonido,
y que tan solo mi ser escucha.

No son solo mis pies
los que se agitan por tu embrujo.
Mis manos
se esfuerzan por volar,
hasta escapar,
como pájaros.
Elevándose.
Para posarse sobre ti,
en un vano intento
por detener tu movimiento.

Ni siquiera sé
por qué lo intento.
No sé por que
tendría que frenar tu esencia.

Enséñame esta danza,
que quiero seguir,
tu ritmo.
Deja que mi cuerpo
acompañe a el tuyo,
haciéndose eco de tus formas
que en el aire van quedando
dibujadas.

Libérame de mi apego,
a lo que llaman cordura.
Abre la puerta,
de mi locura.