| No le tengo miedo a la muertea la muerte inesperada, fulminante, irreverente,
 mas si a esa muerte agonizante, postrante e hiriente.
 No he vivido lo suficiente, mas quien lo habría hecho,
 seguramente de este mundo casi nada he conocido,
 mas en mi ignorancia, bien he vivido,
 del amor y otros desastres he aprendido,
 del amor y sus frugales sabores,
 también del desamor, sus dolores.
 No le tengo miedo a la muerte,
 a su inexorable llegada,
 a su indescifrable misterio,
 a esa muerte inesperada, fulminante, irreverente.
 
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