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Inicio / Cuenteros Locales / curiche / El huaso Raymundo y su ahijado Emeterio 7| capitulo \"la confesión\"

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El Bautizo de Emeterio
Las confesión

“Y pongo a Dios por testigo
Que la hostia que es cuerpo suyo
Fue una espiga en mi trigal”
(De Oscar Castro, poeta chileno, fragmento)
El cura belga regresó a su parroquia, algo triste, ya que se había ido su madre, pero de igual forma quería a sus feligreses y se sentía a gusto con la gente sencilla de sus campos (como él decía) llegó una tarde a casa de Raymundo, a la hora en que el sol se coloca Rojo en el horizonte, horizonte que se ve desde la casa del Rey y la Rosa grande, saludó a la familia, y como andaba por allí el Emeterio, también al mocoso de ojos saltones, de mirada sin temor y de agudeza extrema que esperaba ver aparecer por el alto a su “pairino”. Varios Rosarios y Escapularios cuelgan en el lugar destinado a los santos en la casa, ¿tantos rosarios tienen acá? Si –dijo la Rosa grande- tantos como viajes a Roma ha hecho la doña, lo se mujer, en un santiamén, abre los ojos Emeterio y sale ligerito de casa, no hubo diferencia de tiempo entre el salir corriendo del niño y el ladrido del perro que queda allí a cuidar la mujer y las dos hijas, el Emeterio adelanta que el sacerdote está en la casa y estirando la mano pide a su padrino lo suba al anca del caballo y desde allí inicia su viaje que le llevara a su bautizo católico.
En casa se encuentra con Roger, el párroco de la zona, se conocen desde el instante en que el último fue destinado a la parroquia, Raymundo como no “cuece peumos” desde la presentación hace ya algunos años le ha cantado todas las verdades por él conocidas, la experiencia que ha tenido con anteriores párrocos le dicen que no se debe confiar en una iglesia como la que hay, un cura que llegó a la zona fue un pariente de la doña, primo que llegaba de veraneo al fundo a compartir con la familia y con los hijos de los inquilinos, Raymundo uno de ellos, un niño complicado por su aparente delicadeza, cosa que emputecía a los niños campesinos, y era qué, al rico le gustaba pegar al resto y no recibir nada a cambio, jugar a los que fuese y nunca perder y si recibía un golpe más fuerte de lo que quería de seguro acusaría a la doña o algún tío, y si en algún juego perdía lo mismo hacía, conducta que llevaría castigo o sus padres se verían obligados a castigarlo, está cosa hizo que los muchachos de la edad de Raymundo se perdiesen de vista cuando aparecía el sobrino “mariquita” como le decían, en su adolescencia desapareció del mapa por varios años y luego llegó a la zona como párroco y a los años le destinaron al Vaticano.
Roger, el sacerdote, era un hombre especial, formaba parte de un grupo importante de sacerdotes que adoptaron la conducta de ser curas obreros, así que trabajando en el día, atendían la parroquia en las tardes, a Roger le destinaron la parroquia Rural, lo que le complica ya que no puede hacer enteramente lo que el desea, por que es lo que aprendió y se convenció, trabajar como obrero, eso, -dice- le coloca en desmedro de los otros curas de su congregación que trabajan en la capital, el que sea trabajador, hizo que Raymundo y los otros campesinos aprendieran a respetarle, por que no se arruga a la hora de levantar una casa que se cayó, a parar ladrillos en las casas que se construyen para los trabajadores del feudo, que en verano lo vean mirando el trigo maduro y queriendo meterse, pero, lo hará solo si le contratan y se le paga su sueldo como tal, en las huertas de los trabajadores, si, allí limpia la tierra, arranca cebollas, cosecha porotos y lo que sea, nadie le ha visto quejarse por nada, los patrones no le quieren demasiado, si pudieren lo habrían sacado, tampoco huye de la discusión con los hombres de la tierra y el Raymundo es jodiaso, siempre que se ven le dice a Roger, “yo no comulgo con ruedas de carreta”, siempre acompañando de ejemplos en sus decires, lo primero que hace es contarle alguna historia ocurrida en el fundo o las cercanías.
Una vez que Raymundo descansa y toma sus onces el cura le invita:
“Reymundo, ¿me acompañas a caminar? Debo ir a ver a la abuela del pancho que me avisaron está mal.”
“Si mister, responde, Ray, -sabe que el sacerdote, más que visitar a la abuela quiere conversar el bautizo del Eme-“
“Caminemos rumbo al lago, -invita el sacerdote- la tarde ha refrescado así que la brisa del mar y los eucaliptos nos refrescará”
“Vamos, pero, la abuela vive pal otro rincón.
¿Cómo se siente usted, luego de la ida de su madre?
“Raymundo, llegué a darle sus últimos sacramentos, creo que solo esperó a que yo llegase para irse, a cada uno de nosotros nos llega el tiempo de salir de este mundo, ahora le correspondió a mi madre, triste por que se fué y mucho, pero, aun así creo que donde está ahora está mejor que acá”, “pero, yo te invité a caminar para que conversemos esta cosa del bautizo del Emeterio” “Rey, se de buena ley que no eres apegado a las cosas de Dios, y también se los por qué, no me asustan los argumentos que me has dado alguna vez, y de alguna manera los encuentro válidos, así que, me ha sorprendido que vayas a ser padrino de bautismo de ese niño, que por lo que veo, te quiere tanto como a su padre, pienso que mejor padrino no ha de tener”
“Roger, usted me conoce desde que llegó acá, sabe que casi nunca voy a sus misas, salvo si la doña anda por acá, o algún amigo que se ha ido, creo, como todos los de acá, pienso que alguien debe haber hecho este mundo, he buscado respuestas a las cosas de la tierra, y la verdad, padre, qué cada vez que lo hago no las encuentro, y si las hallo no son las mejores y ahí ya no entiendo nada, ¿Se ha percatado quienes reciben comunión cada vez que usted hace misa? Allí, de los primeros en la fila está el monsiú, si hasta coloca carita de ángel, y nos tiene amenazados si nos ve conversando con un hombre al que llaman “el colorao” nos va a echar del fundo, ¿sabía usted eso? ¿Sabe que lo que hay en su montura no es una alforja con almuerzo sino, una carabina para matar al colorao? ¿Sabe usted que hay que oírle con la cabeza destapada y mirando al suelo? ¿Sabe usted que yo, en casa no tengo electricidad en cambio las pesebreras de los caballos si la tienen? ¿Sabe que cuando va a parir una yegua traen a un medico veterinario y las mujeres paren por que hay una comadre que sabe sacar crías? En fin padre, son tantas cosas, que podría estar un día entero dándole razones, y no es eso lo que usted quiere, usted no me convencerá de sus razones y las mías no lo convencerán a usted, pero, Roger hay dos mundos, uno pa los ricos y otro pa nosotros”.
“Raymundo, -dice el padre- conozco tu mundo, se cuales son los problemas de ustedes por que soy uno más, yo no quería esta parroquia, y ¿sabes por qué? Simplemente por que soy obrero como tú, si, obrero, en Bélgica trabajo como albañil pegando ladrillos y construyendo edificios, acá me enviaron por que vengo de un campo, lo único que has de saber, es que no puedo negarle sacramento a nadie y por otro lado se que muchos pecados del hombre se resuelven en la tierra para dejar a Dios con menos trabajo allá arriba”.
“Bueno padre, usted me invito a caminar por alguna cosa que quiere decirme, así qué “tres papas y a la presa al tiro”, nosotros con la Rosa grande, lo meditamos y pedimos al chiquillo por que ya le dije, nos gusta mucho, creo que será uno de los cabros de acá que se quedará en la tierra, ya sabe usted que acá no hay posibilidad de que se eduquen, recién la escuelita lleva un par de años, si le contara como he aprendido a leer al mismo tiempo que las niñas, que mis hijas, usted no se imagina como he logrado sacar el alma de lo que hay en los libros, pienso que la maestra sabe que aprendo con las hijas, hay tardes en que la Rosa chica llega con libros que le presta la maestra, pero, pienso que no los envía solo para que los lean las hijas, llegó el otro día con un libro de Baldomero Lillo, ahí cuenta de la vida de los mineros de allá de Lota y caramba que duele padre, aquellos cuentos de los niños muriendo a kilómetros bajo el mar, o su mismo Sub-sole, tan parecido a lo que se vive aún acá.
¿Ha visto le entrada las casas del fundo? Se percató que el adorno que hay es un cepo, el mismo al cual colocaron a mis abuelos y a los abuelos de los de mi edad que hemos quedado trabajando esta tierra, y la doña, en cuanto puede nos habla de las grandezas de su primo que es sacerdote, como usted Roger, y que vive y trabaja para el Papa en el Vaticano, que llegará a Obispo, es lo que ella dice, cada año ella va a visitarlo a Roma, cada año trae escapularios y rosarios bendecidos con agua bendita de la Catedral San Pedro y San Pablo y cada año nos regala uno a cada trabajador y uno a cada mujer.
¿El cura de la familia fue como usted, párroco acá, lo sabía? Cada vez que nos hacia misa, a la que era obligatorio ir, nos hablaba de todo, siempre o casi siempre habló del camello en la aguja y de los ricos que no llegarán al reino de los cielos, o que les sería muy difícil, Usted sabe que soy un “rajadiablos” un domingo al finalizar la misa le pregunté, ¿Y usted que es rico, donde irá? Se colocó coloraito, , no me respondió nada, o, nos hablaba de colocar la otra mejilla, pero, nadie ha golpeado a alguno de la familia, si uno se iba a dirigir a él, debía quitarse el sombrero y colocárselo en el pecho, y oír sus consejos cabeza gacha, luego él se iba a almorzar con la patrona, y se dormía una buena siesta.
Padre, hace años andaba por el puerto y de casualidad oí cantar a doña Violeta Parra, un canto que pocas veces lo he vuelto a oír, ella decía en su canto:

Por qué los pobres no tienen
A donde volver la vista,
La vuelven hacia los cielos
Con la esperanza infinita
De encontrar en la otra vida
Lo que este mundo les quita,
Palomita, que cosas tiene la vida
Zambita….

Y mas abajo decía algo así como:
Pá terminar la mentira
Los llama su confesor
Les dice que Dios no quiere
Ninguna revolución
Ni pliegos, ni sindicatos
Que ofenden su corazón
Palomita, que cosas tiene la vida
Hay zambita
“Y el cura aquel, el familiar de la doña, nos hablaba de lo mismo, que en el cielo no hay sindicatos, no se como lo sabía él, y que si no los había arriba, acá abajo era innecesario”.
“Hay Raymundo, te he escuchado y te contaré que encuentro que dices verdades, no te diré que Dios se enojará por lo que dices ya que no me creerías, es más, cuando trabajaba como obrero allá en Europa, era socio del sindicato de trabajadores, acá hay más sacerdotes como yo, y tu me ves, casi nunca almuerzo en la mesa de la señora, si ya casi ni me invita por que era desagradable para ella que hablase de cosas como las que dices, y me siento a gusto con ustedes, la iglesia tiene lados, como este país, hay sectores, hay gente que no quiere que la Iglesia cambie, quisieran que las misas se sigan dando como antes en latín, pero, Rey, hay algunos cambios, no ha sido fácil, y espero los haya más, mi iglesia debe estar más con los pobres.”
“Y volviendo a esta cosa del bautizo, ah, y el Emeterio será el único que bautizaré ya que los otros lo hicieron con el sacerdote que me reemplazó y que dicho sea nunca entendió el por que tú no bautizaste al Emeterio con él”.
“También entiendo el por que tus hijas no la bautizarás ahora y tal como me decías esperarás a que ellas tengan doce años y que ellas decidan, me parece justo, y me perece justo bautizar hoy el Emeterio, ya que se criará bien con ustedes como padrinos, mal ejemplo no le darás, y se que a la escuela tampoco va a faltar.
“Hay Roger, ese se las trae, hace unos días atrás, el precioso llegó haciendo el leso al campo en donde yo estaba, miraba las ovejas cuando se presentó, ¿Emeterio, la señorita no fue a trabajar hoy? – le pregunté-
“Padrino, había una clase aburrida y me vine a ayudarle en la cuidá del ganao, mañana voy a la clase”
“A ver gallito, acérquese, primero, no me diga padrino por que aún no lo soy, segundo, nunca más quiero verle fuera de la sala de clases en horas de estudio, ¡nunca más, me entendió clarito! Si no me entendió, se lo doy escrito, acá no lo quiero ver más, en verano si, lo que quiera, ahora NO, si usted quiere que nadie le haga leso, estudie y aprenda lo que la profesora le enseña, lea, escriba, sume y reste, todo le va a servir a usted, a mi, no fíjese, le diré que me cuesta juntar una con otra letra, habría sido feliz con escuela, no le diré ni al Eleuterio ni a la comadre Luisa, va a quedar entre usted y yo, pero, ahora, cada tarde, lo mismo que la rosa chica y la flora usted me va a dejar sus cuadernos en la mesa y le revisaré, si soy su padrino, no solo yo gano obligaciones, usted también y p´tas hijo que le costará caro eso, a usted le quiero mucho tanto como la Rosa y la Flor, así que, su principal responsabilidad es estudiar, luego el juego y el trabajo. ¿De acuerdo? Le dije, y él muy colorao me miró y me dijo”.
“Si, padrino, discúlpeme”, nunca más
“Ahora, me espera, que le enseñaré a colocar guachis pa los conejos”, “más tarde si encuentro al monsiú, le pediré permiso pa venirme algo mas tarde al campo y ambos vamos a conversar con la maestra, y con ella se me va a disculpar por escaparse hoy, ¿estamos?
“Si, padrino”
“No lo ha hecho más padre”.
“Rey, creo, que a pesar de las diferencias de pensar, es tan cristiano como el mas creyente que va día a día a la iglesia por ello, bautizaremos al Emeterio”.

Glosario

Cocer peumos.- hablar, decir todo lo que molesta
Rajadiablos.- impertinente, deslenguado, molestoso

Texto agregado el 20-08-2004, y leído por 399 visitantes. (8 votos)


Lectores Opinan
29-05-2007 Qué bueno! A muchos alumnos me gustaría que leasen este episodio por lo menos para que entiendan lo importante estudiar. mis 5* salambo
08-01-2007 Qu e buen padrino va a tener el Emeterio,le enseña valores como la resposabilidad y el respeto...**** pantera1
26-05-2006 Excelentes semblanzas del campesino. El protagonista es una muestra representativa de los valores humanos. ***** SorGalim
23-07-2005 Buena gente y generoso el huaso Raymundo, es lo que tenemos en el alma del campesino, se le ve como un pobre ignorante, pero tienen la fortaleza y la sabiduría del esfuerzo y la vida difícil. Ya se me van acabando las estrellas, pero te envío 5 más. tronador_68
05-12-2004 Ya la sabiduría campesina, que yo tanto admiro, aparece en todo su esplendor en el personaje de Raymundo , su conversación con el párroco, y en las riendas que ocupa para educar a Emeterio, en este capítulo aparecen coplas de Violeta Parra, has incluído en cada capítulo textos y canciones folclóricas que de alguna manera musicalizan el tema, el capítulo de hoy, con mucho cocimiento de peumos. ***** alamohuacho
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