Nohora era una mujer con muchos sueños e ilusiones en la vida;especialmente deseaba terminar sus estudios Universitarios a pesar de las dificil situación económicay la gran desilución amorosa.

Era una mujer joven de 23 años con dos hijos, en su cara reflejaba la desilución y la gran tristeza en su corazón al amar a un hombre que nunca creyó en sus sueños y además le ofrecía una vida de pobreza y abandono; sin embargo ella era muy optimista y emprendedora , se aferraba con la ilusión de terminar sus estudios.. con graduarse, con conseguir una vida mejor... eso solamente lo lograba si terminaba su carrera universitaria, ese era el trampolín pra lograr sus metas en la vida... Esa meta es la de todo ser humano " Ser Feliz"...

Pasaba por las calles rápido como una sombra solitaria, su figura delgada caminaba y caminaba... soñando. Consiguió un trabajo en un Colegio donde le pagaban muy poquito y los niños los dejaba al cuidado de vecinos que de buen corazón creían en sus sueños y la apoyaban.

El día llegó, a pesar de tanto sacrificio y penurias.. con lágrimas en los ojos llegó a recibir su grado. Era el premio ante tanto sacrificio; todo su ser irradiaba la felicidad, de alegría.... lloraba y reía.. por fín el camino se abría y el futuro lo veía con luces, triunfos y muchas ,muchas cosas bellas.

Entre esas cosas bellas.. otros ojos la miraron.... la miraron con los ojos del amor, ese amor se acercó con un dulce en la mano para ella...Sí era para ella y ella lo aceptó con temor. Siempre un dulce había para ella....Sí un verdadero amor, joven, tierno, sincero que lentamente fue amarrando su corazón. Ese hombre logró que Nohora volviera a creer en la vida, volviera a creer en el amor...

Ella se entregó timidamente a ese amor, ella volvió a renacer, a florecer, a creer en la vida, vivió lo que nunca le ofreció aquel amor ingrato, lleno de desamor, abandono y pobreza.

El tiempo fue pasando tan rápido, tan rápido... y cuando Nohora miró atrás vió a sus hijos que la llamaban y la necesitaban con afan cada día más y más ; entonces, Nohora abrazó a sus hijos con fuerza... y con lágrimas en los ojos, en su cuerpo, en todo su ser, en su alma decidió seguir su camino con sus adorados hijos.... lo amaba, lo amaba tanto que prefirió dejarlo seguir su camino, lo vió marcharse lentamente con el alma destrozada, el corazón herido y se fue alejando... alejando...

Los años pasaron Nohora sonrie, sus hijos crecieron; pero, en su mente en su alma, en su cuerpo... Siempre vivirá ese amor, el amor de ese joven que con un dulce en la mano para ella la conquistó. Ella nunca lo dejó de amar....