Perder el amor. O perder un punto de vista. Vergüenza. El amor vela. El amor vela ilumina a medias. Cuando sopla el viento danzo por las paredes, me asomo peligrosamente al balcón salto y estoy en la pared del vecino.
Cuando hay calma y la llama se extiende hacia el techo, mi sombra sigilosa asoma por la ventana y se derrama por el umbral de la puerta. Gotea mi alma en el vacío.
El amor vela puede hacer aparecer el alma.
El amor vela puede desaparecer con el sol de la mañana. Si la dejás arder un tiempo, la llama puede hacerse pequeña, celeste, como una estrella que quiere nacer aferrada al pabilo negro. Si la mirás atentamente puede llegar a pedir ayuda.
Cuando amanece, sin fuerzas para temblar, oye chillar los pájaros.
Oímos. Yo desespero. En su redondez tierna veo la ilusión de una niña.
El amor vela cuando muere es niño.
Huele bien el humo que deja al extinguirse. Imagino que desapareció mi alma. Y que ha muerto una niña.