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Inicio / Cuenteros Locales / Elizabeth67 / Viaje sin retorno Capítulo 2

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Capítulo 2: Graduación y Sorpresa.

Efectivamente, sus sospechas eran ciertas, al llegar a su apartamento vio un escenario que le provoco un poco de risa, su madre, Andrea, una mujer corpulenta, rubia y de voz vibrante, ordenaba todo de un lado para otro, mientras, que su querido Eduardo la contemplaba con semblante molesto.
- Yo aún no puedo creer que mi hija se haya casado contigo , eres completamente inútil , mi pobre niña , por estar a tu lado renunció a un hombre brillante , un novio que tuvo que estudiaba para ser médico cirujano , recuerdo que estaba loco por ella , de hecho un día se presentó en casa con un gigantesco ramo de rosas y …-
- ¡Madre!- La interrumpió enérgicamente Laura notando como casi Eduardo la fulminaba con la mirada.
- ¡Vida mía! , hijita de mi alma , cuanto gusto me da verte , tu padre y yo te extrañamos mucho y Marco tu exnovio también e incluso me dio el recado …-
- Bueno , ya basta , Laura , tu dulce madre viajó hasta acá para acompañarte a ir de compras, así que , no se retrasen más y salgan pronto , incluso ordenó todo
- aburrida de esperarte – Dijo Eduardo que claramente quería librarse pronto del insoportable Andrea, que lo hacía arder de celos cada vez que mencionaba a ese dichoso “novio”.
- Tienes razón cariño, mamá, vamos tenemos mucho de qué hablar- Invitó la joven compartiendo la incomodidad de su compañero.

Andrea no se hizo de rogar , tomó su bolso y salió con su hija , Laura en cierta forma , entendía a su madre , ella era la única hija de un matrimonio que anhelo mucho tener descendientes , sabía que ellos querían lo mejor para ella , quizá por eso no les hizo mucha gracia el saber que su adorada pequeña se iba a casar con un estudiante de arqueología que en el fondo no tenía como mantenerla como ellos hubieran deseado , al correr de los años se fueron limando las asperezas , especialmente con su padre quien terminó adorando a Eduardo como el hijo que nunca tuvo e incluso reconoció que era un gran hombre para Laura , sólo Andrea aún no lograba pasar al joven, guardaba la secreta esperanza de que su retoño se divorciase de ese don nadie y volviera con ese hombre al que ella tanto aprobaba.
Pese a que las compras no transcurrieron muy tranquilas se pasó un buen rato, Andrea y Laura eran muy similares en carácter ambas eran voluntariosas y les gustaba salirse con la suya pero la menor de las mujeres heredó la terrible chispa de “no dar su brazo a torcer”, cortesía de su padre, prueba irrefutable de eso fue cuando decidió estudiar arqueología y cuando se casó. A pesar de sus diferencias madre e hija se profesaban un profundo afecto a toda prueba por lo que olvidaban muy rápido sus peleas para acabar muy contentas en un café con bolsas repletas de adquisiciones.

Volvieron a casa felices de haber compartido un rato juntas, como si volviera a ser una adolescente, Laura se dejó peinar y maquillar por su madre, el vestido agua marina era sencillo pero enmarcaba tan bien la sensual figura de la chica que daba la impresión de ser un modelo de alta costura.
Al bajar dejó a su marido con la boca abierta, su madre estaba orgullosa de la belleza de su hija, en eso sonó una bocina, era Maximiliano, el padre de Laura que luego de saludarla con un afectuoso abrazo se dirigió a Eduardo tan cálidamente que su mujer le puso mala cara . Pasado ese “agradable “momento todos se subieron al auto rumbo al recinto en donde la joven se titularía.

La muchacha sin duda era el orgullo de sus padres y de sus maestros que la premiaron con distinción, cuando la ceremonia finalizó y se dio comienzo a la festividad, Carl Jones se acercó a Laura y Eduardo.

- Laura, ¿recuerdas la sorpresa que te daría?- Preguntó el hombre.
- Claro que sí me muero de la curiosidad- Respondió Laura.
- Verás mandé los trabajos que realizaste a unos compañeros en el extranjero que encontraron tal calidad en ellos que insistieron en que realizaras una investigación en un prestigioso museo del Cairo tan pronto como te convirtieras a la profesión, pero no irás sola, tu esposo también va ,en esta oportunidad les toca trabajar juntos – Reveló Carl.
- No sé qué decir, gracias señor Jones no lo defraudare ni a usted ni al museo – Agradeció la chica.
Cuando la fiesta terminó pasada la madrugada, los padres de Laura fueron a dejar a la pareja a su apartamento mientras ellos volvían a su ciudad dando como excusa que Andrea solo dormía bien en su casa.
- ¿Sabes una cosa? – Dijo Eduardo al entrar a su hogar.
- ¿Qué? – Indagó Laura
- Tu madre, no es tan detestable – Respondió el joven.
- ¿Por qué? – Quiso saber la muchacha, estaba enterada de la aberración que sentían mutuamente su madre y su marido por lo que él ahora le digiera que no era “tan detestable” era un gran paso, quizá las cosas mejorarían al fin.
- Tiene buen gusto, ese vestido se te ve realmente genial – Terminó de decir el joven mientras depositaba pequeños besos en el cuello de su esposa.

La noche se hizo corta para ambos, aprovechando su juventud la pareja hacia el amor muy seguido disfrutando cada encuentro como si fuera el último, ella amaba esa tierna protección que le brindaba y el adoraba su fragilidad.

Texto agregado el 28-12-2013, y leído por 68 visitantes. (2 votos)


Lectores Opinan
29-12-2013 Okay... No me ha gustado que la escena en que Carl revela la sorpresa haya sido tan corta y simple, ni que las escenas en sí hayan sido tan poco detalladas. Sin embargo, por la forma en que está narrado esa falencia pasa técnicamente desapercibida, es casi como un flashback o prólogo largo. Buenos personajes y buena noticia. 3* Mariette
28-12-2013 Resulta interesante uleiru
 
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