Generalmente me levanto cada mañana a las siete, lo primero que hago es mirarme al espejo, pero en especial este día me veo fatal. ¡Que ojeras! Dios en verdad me veo fatal y lo peor de todo es que así me siento.
Constantemente miento digo a todos que estoy "bien", pero a mi propio reflejo no puedo mentirle, digo de vez en cuando no me miro en ningún espejo debido a que no soporto admitir mi tristeza. Si estoy tan triste, ni siquiera es por un mal amor ó por la pérdida de un amigo...simplemente estoy triste.
Las cosas de la vida me tienen así, esa profunda mirada de mis ojos solo muestra mi falta de felicidad, y con frecuencia me pregunto si es amargura la cual a embriagado mi alma, sonrio por compromiso. Me gustaría ser feliz solo un día y disfrutar la vida como cuando era un niño.
Mientras espero a que eso suceda seguiré hablando con mi reflejo....